Durante años, y en la actualidad, podemos evidenciar la exclusión existente a personas negras y racializadas en el ámbito público y privado, marginalizando y mitificando las prácticas racistas que en la actualidad aún se desarrollan con total impunidad. Aún nos desenvolvemos en una sociedad estructurada por leyes las cuales están dispuestas para aplicarse en el marco del privilegio económico, social, político, étnico y sexual. Las mismas son elaboradas, avaladas y legisladas por quienes poseen todos estos privilegios, dejando por fuera un sinfín de realidades enmarcadas en otros contextos culturales.
Dentro de este marco, y por diversos motivos, es importante recordar que en Julio se conmemoró el mes de la Afrodescendencia, donde se recordó nuevamente la urgencia de generar espacios que promuevan la discusión sobre la racialización y el racismo, las políticas públicas y la marginalización, la historia de nuestra cultura y las lógicas con las que nos manejamos estructural y jerárquicamente.
Es importante reformular nuestro relato a partir de la escucha activa de quienes se encuentran comprometides con esta lucha, no solo en Julio sino siempre, percibiendo la historia de las personas negras como parte de nuestra historia social, política, económica y cultural.
Difundir, conocer e interesarse por las propuestas que se desarrollan en este ciclo es sustancial. Durante todo julio diversas propuestas culturales tomaron forma para visibilizar e informar. Desde ferias de emprendedores en el museo de las migraciones, así como también la presentación de “El despojo” historia sobre los desalojos del conventillo mediomundo, hasta la celebración del 25 de Julio día de las mujeres y disidencias afrolatinas, afrocaribeñas y de la diáspora a cargo del colectivo Mizangas.
Yendo un poco más allá de las propuestas sociales enmarcadas en julio, es competente concebir que la difusión, conocimiento e interés son una parte primordial, sin embargo no son suficientes. La erradicación del racismo así como la creación de políticas interseccionales comienza por cuestionar los privilegios, asumiendo el compromiso de la incomodidad, el cuestionamiento y la reformulación de conductas racistas internalizadas.
Julio fue el mes de la afrodescendencia, pero todos los días es el compromiso de erradicar las violencias raciales y generar espacios interseccionales con una mirada etnica. Cuestionarse, incomodarse y reformularse es necesario.
Sugerencias de lectura e información.
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Texto: Lucia Farías
