El agua, derecho humano, privilegio de pocos

Ya son cinco días consecutivos de movilizaciones autoconvocadas en diferentes puntos de Montevideo. Hoy será la sexta. También se realizó un corte de ruta en el peaje ubicado a la altura del arroyo Pando. La lucha por el agua desborda al tranquilo país del sur. Uruguay fue el primer país en incluir el agua como derecho humano en la Constitución, fue en el 2004 y por iniciativa popular.

A comienzos de mayo, Obras Sanitaria del Estado (OSE) el ente que provee el servicio de agua potable a todo el país, decidió mezclar agua salada del Río de la Plata con el agua dulce del Río Santa Lucía, para alargar las reservas de la represa de Paso Severino, que por las faltas de lluvia bajó su caudal y amenazaba con dejar sin agua al departamento de Montevideo y la zona metropolitana, donde vive cerca del 50% del total de la población país. 

Esta mezcla aumentó a más del doble el sodio del agua que sale por las canillas (de 200mg/L a 440mg/L). Literalmente el agua está salada. Además, aumentó también, casi tres veces más, el cloruro (de 250mg/L a 720mg/L), y no sabemos qué otros valores se modificaron, porque la información es confidencial. Las comunicaciones públicas de OSE y del Poder Ejecutivo han sido contradictorias y poco claras. Dicen que el agua es bebible, pero no potable. La definen como “agua segura”, pero parece que no para todes.

Hay que mirar para arriba y esperar que llueva, dijo el presidente mientras recorría una escuela de capitales público-privado. El gobierno adjudica la crisis del agua a la falta de lluvias. Entonces, como si fuera inevitable e irremediable, como si la culpa fuera de la naturaleza y la responsabilidad de la gente, hay que bancarsela, usar poca agua y pagar la factura sin chistar. Contrario a la lógica, los costos del agua no disminuirán como la calidad, sino que se prevé que aumentarán.

La improvisación y la falta de interés es total. Dicen, desde los ministerios, que el agua no provoca problemas de salud, pero que las personas hipertensas -más del 30% de la población- o con deficiencias renales tomen agua embotellada. Dicen que no es grave, pero que a los bebés no les den agua de la canilla. Con recomendaciones absurdas, beneficios para privados y lejos de las soluciones, el gobierno navega la crisis hídrica de manera impune. Una crisis producto de un acumulado histórico, de prevalencia y protección del mercado, de proyectos políticos que han ignorado la vida, o peor aún, la han monetizado.

La gente organizada en la calle dice que no, que no es sequía, es saqueo. Que lo que nos falta a la mayoría, se los quedaron algunos. La incertidumbre es grande y la experiencia es clara. Los datos hacen agua:

-El 40% del agua potable que bombea OSE en Montevideo y zona metropolitana se pierde antes de llegar a las casas. El ente está sufriendo un desfinanciamiento que la Federación de Funcionarios de OSE ha denunciado en incontables ocasiones, esto redunda en falta de personal para arreglar y detectar pérdidas de agua, entre otras cosas.

-El modelo de desarrollo productivo basado en el agronegocio se lleva millones de litros de agua. Según el artículo, El agua como subsidio ambiental del agronegocio en Uruguay, difundido por Zur, pueblo de voces, la producción de celulosa consume 10 veces del total del agua potabilizada en todo el país y la de soja se lleva 17 veces más del total del agua potabilizada.

-La apuesta privatizadora del proyecto Neptuno en la zona de Arazatí avanza sin escuchar a la sociedad civil. Este proyecto será ejecutado por un consorcio privado y pretende instalar una planta potabilizadora en el Río de la Plata, una fuente hídrica salobre y con frecuente presencia de cianobacterias. 

-Los proyectos comerciales transnacionales además de ser negociados en secreto, vienen por el agua. La central de datos que Google pretende instalar consume la misma cantidad de agua que 55 mil personas en un día. El proyecto Tambor en Tacuarembó pretende utilizar entre cinco y siete millones de litros diarios de agua subterránea para producir hidrógeno verde y derivados.

Por estos y otros proyectos extractivos del agua, el Estado uruguayo fue denunciado en la Conferencia de las Partes del Acuerdo de Escazú (COP 2), por no respetar el acuerdo que ratificó en 2019.

Las soluciones siempre parecen estar en el mercado y la responsabilidad en las personas. Se agotan los bidones de agua, las empresas se llenan los bolsillos, las playas y los parques de plástico, las personas de angustia. Y las calles de personas.  

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Texto: Radio Pedal

Quienes luchan por el agua, luchan por la vida. 

La primera manifestación se realizó el lunes 8 de mayo en la puerta del Ministerio Salud Pública. La segunda fue el 9 de mayo en Torre Ejecutivo. El miércoles 10 de mayo hubo movilización en el Palacio Legislativo. El jueves 11 asamblea abierta. El viernes 12 en la OSE y este lunes 15 de mayo la convocatoria es a la casa presidencial, en la intersección de las calles Suarez y Reyes, a las 18h.

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