
Desde el 28 de abril hay Paro Nacional en Colombia
La gente en Colombia está en las calles protestando y siendo brutalmente reprimida y asesinada por la fuerza pública. En este momento hay posibilidades de que el gobierno declare estado de “conmoción interior”. Las cifras y las imágenes que nos llegan son impresionantes, duelen los ojos y el pecho de tanto terror y espanto. Se restringe el acceso a internet bajando la latencia e incluso con cortes de electricidad, impidiendo denunciar a través de imágenes en vivo. Se bloquean usuarios y hashtags y la prensa hegemónica al servicio del capital desinforma y miente.
Pero ante tanto dolor e impotencia, nos llena de fuerzas ver al pueblo poner el cuerpo por la causa de todxs, nos avivan las ganas de seguir creyendo y accionando para que otro mundo sea posible.
La salida a la calle se inició en contra de la reforma tributaria que gravaba con impuestos a la renta y productos de la canasta básica, oprimiendo aún más al pueblo en el país con mayor desigualdad de América Latina, que en 2021 llegó a una pobreza que supera el 42,5 %, mientras se concentra la riqueza en un porcentaje mínimo de la población. A esto se suma el rechazo a la reforma de salud, el mal manejo de la situación de la pandemia y la violencia sistemática. Actualmente y ante las situaciones dadas en la manifestación, las reivindicaciones apuntan además a la reforma de la policía, a la respuesta por los casos de violación de derechos humanos perpetrados en este periodo, entre muchas otras que apuntan a la renuncia del presidente Iván Duque.
Las muchas explicaciones sobre lo que está pasando en Colombia quedan siempre a medias, porque lo que está pasando viene sucediendo hace décadas, no es solo una reforma, ni es solo la pandemia, hay muchísimas causas: desigualdad, pobreza extrema, acomulacion de la riqueza y la tierra respaldada por la permanencia de una élite política vinculada con el paramilitarismo, el narcotráfico y la corrupción, la persecución política y el incumplimiento de los acuerdos de paz, la militarización exacerbada de los territorios y del poder militar, entre muchísimas otras causas. Entre ellas sobresale la violencia. “Colombia es una gran fosa común”: masacres en todo el país, el asesinato sistemático a líderes sociales y a personas que dejaron las armas por la paz, el asesinato del abuso policial, el asesinato de 6.402 jóvenes como falsos positivos. La gente aguanta y aguanta, las madres, campesinxs, indígenas, estudiantes, trabajadorxs, periodistas, líderes sociales con su lucha diaria y sus muchas muertes sostienen un país que hoy estalla. ¡Admiración y respeto por su resistencia diaria y por su grito hoy!
Porque la prensa miente y la policía mata, compartimos algunos medios donde pueden informarse e informar para generar una red internacional que mire y denuncia lo que está viviendo el pueblo colombiano:
@tembloresong https://www.temblores.org/
@pacifista col https://pacifista.tv/
@laorearoja https://www.laorejaroja.com/
@lasillavacia https://lasillavacia.com/
También siguiendo y replicando los hashtag #soscolombiaddhh #paronacional #nosestanmatando
Desde la distancia y la poca o mucha capacidad que tenemos estando lejos, hagamos parte de esta situación que no podemos ignorar, informémonos. Difundamos lo que está pasando y busquemos acciones, aunque sean virtuales, para contrarrestar esta situación, y cuando esto deje de ser tendencia no se olviden de que hay una tierra hermosa que sufre y se desgarra, que no es solo Colombia, que sobre nuestrxs muertxs se sostiene todo un sistema capitalista y colonial. Abya Yala está sangrando hace siglos, pero también está resistiendo y creando alternativas a este sistema que arrasa con la vida. Que esto nos recuerde que somos más, que podemos con otrxs, que nos solidarizamos y empatizamos con el dolor y la alegría, que podemos luchar por cambiar las cosas desde la acción colectiva, que nuestros cuerpos juntos lo pueden todo.
Texto: Ihasa Tinoco Alarcón y Federica Folco Crosa
Foto: Valeria Amaro Martínez