La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero el Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia.
Para dar comienzo a nuestro programa de hoy, quisimos traer algunas preguntas que surgen a partir de esta proclama, la cual se enmarca en una cadena bastante más extensa de proclamaciones de “día de”. En particular, este nuevo día que se celebra surge a partir de contemplar los objetivos que persigue la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
En primer lugar, me sigue llamando la atención el hecho de que la lucha contra la desigualdad se siga plasmando en términos binarios, es decir, en términos, en este caso, de hombres y mujeres. Sabemos que actualmente la lucha por la igualdad incluye un vasto repertorio de personas que no se sienten contempladas en esta partición dual. ¿Por qué no fomentar que estas personas también tengan los mismos derechos que las mujeres? No solo en educación y en ciencia, desde ya.
Entiendo que el hecho de fomentar la inserción de las mujeres en el campo científico y tecnológico busca romper con ciertas prácticas sociales, políticas, culturales, entre otras, que vienen de larga data. Asimismo, entiendo que la proclamación de un día de puede significar una acción circular en el sentido de que querer combatir esta “tradición” mediante un impulso deliberado de la participación de la mujer en ciertos sectores económicos de la sociedad podría implicar un cierto tipo de imposición hacia una posibilidad considerada como válida, o más válida, en detrimento de otras posibilidades que pueda optar esa persona.
Dicho de otro modo, ¿no se está direccionando las preferencias de las mujeres en nombre de preferencias políticas y políticamente correctas?
De ello deviene la pregunta siguiente: ¿No hay una propensión a la desigualdad cuando preferimos que la mujer opte por la ciencia y la tecnología en lugar de que lo haga por otras áreas? De nuevo, considero que la relevancia de fomentar la inclusión de las mujeres y de las niñas en estas áreas responde más bien a cuestiones relacionadas con un discurso político imperante.
¿Qué pasa con las mujeres que no se sienten afines a las ciencias, por diversos motivos? ¿No merecen tener un “día de”? ¿Qué pasa con esas mujeres que se busca incluir en el mundo de la ciencia y la tecnología que actualmente no saben si quiera qué es la ciencia? Se supone que se deben sentir incluidas por tener un día que celebra su eventual inclusión a un círculo que de hecho desconocen.
En lo relativo a la ciencia, y aquí volvemos al corazón de este programa, ¿qué entiende esta proclama por ciencia? ¿Qué significa trabajar en la ciencia? La proclama busca “promover el acceso de las mujeres y la niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, así como su participación en esas actividades, a todos los niveles”. Incluso las fotos que se difunden en esta campaña atienden lo que tradicionalmente se ha entendido como ciencia, las ciencias duras: el telescopio, el laboratorio, la túnica blanca, las infinitas cuentas matemáticas en un pizarrón. ¿Es ese el concepto de ciencia que se busca transmitir? ¿Es ese el campo de inserción en la ciencia que se busca?
Mujeres investigadoras como yo nos desempeñamos en áreas sumamente rezagadas de la comunidad científica en este sentido, a saber las ciencias humanas y sociales. De hecho somos en su gran mayoría mujeres. ¿Por qué no hay una exhortación a que los hombres de desarrollen en estas áreas? ¿Por qué al buscar romper con ciertas tradiciones nuevamente caemos en una, si se quiere, circularidad? Que las mujeres se vinculen a la ciencia, pero a un tipo particular de ciencia considerada significativamente más válida y productiva.
Por último, este Día de la niña y la mujer en la ciencia apunta a que la implicación en la ciencia solo se da de manera de inserción laboral, ¿no hay otras maneras de vincularse en la ciencia? ¿Es relevante esta vinculación únicamente en términos de alcanzar la paridad numérica entre, de nuevo, únicamente dos géneros?
Por supuesto que lo que busco acá no es criticar que la mujer y la niña tengan los mismos derechos que los hombres, no solo en el ámbito de las ciencias y la tecnología. Busco compartir el pienso sobre los alcances que este tipo de iniciativas generan, y que por supuesto se enmarca en una dimensión multifactorial que hace a la complejidad de la cuestión.
Texto: Cecilia Bértola