Que no nos agarre desprevenidos

¿Qué pasó en el 2020? Ya corre la segunda mitad del año y, aunque a muchos nos cuesta asumirlo, comenzamos a vivir una “nueva normalidad”. Como en todas las normalidades, la alimentación es una cuestión a resolver.

En una nueva normalidad que incluye distanciamiento social, tapabocas y kilos de alcohol en gel, el reinicio de las actividades es inminente y para muchos se terminaron las horas en casa con todo a disposición.

Sin embargo, la cuarentena logró que muchos se animaran, incursionaran o se amigaran hasta entablar una hermosa relación con la cocina. Muchas de las veces el involucrarse con la cocina es sinónimo de salud. Al preparar los alimentos en casa conocemos los ingredientes, las formas de prepararlos, y consecuentemente reducimos el consumo de ultraprocesados, como son los productos congelados, galletitas, comidas rápidas y cosas perjudiciales para nuestro organismo.

¿Qué va a pasar ahora? Con la reactivación de las actividades, ¿vamos a dejar olvidados todos estos nuevos hábitos que logramos incorporar por estos meses? Te propongo que no, te propongo que comer saludable, casero y consciente pueda formar parte de la “nueva normalidad”.

Te presento el “meal prep”. ¿Has oído hablar de él? Veamos, se trata de invertir dos o tres horas de uno de los siete días de la semana en alistar o adelantar preparaciones para facilitar esos momentos en los que llega la hora de la comida y no tenemos tiempo, ganas o energías para cocinar y caemos en el consumo de cosas no nutritivas.

Además de ser beneficioso para nuestra salud, lo es para nuestros bolsillos, fuente efectiva de ahorro. Terminamos con la compra de productos caros y envasados que nos proponen “solucionar nuestras vidas”, dejamos de tirar comida porque se echa a perder y compramos lo que vamos a consumir.

Implementarlo es sencillo. Comenzamos por pensar un menú semanal y los ingredientes que vamos a necesitar. Esto te permite ir al supermercado con una lista con los productos necesarios previendo el gasto destinado al rubro, y una sola ida al supermercado. Lo sé, ya es genial. Seguimos.

Al llegar a casa comienzan las dos o tres horas de producción, lavamos, pelamos y vamos… mientras horneamos un pollo y vegetales, que pueden ser zanahorias, cebollas, papas y calabaza, preparamos arroz en cantidades extra.

Seguimos en la cocina. ¿No te preguntaste por qué las cocinas tienen más de una hornalla? Con un corte de carne, unas cebollas, morrón y salsa de tomate preparamos un tuco. En la tercera hornalla hervimos unas verduras para transformarlas en sopa. Y en tres horas, dependiendo de las cantidades y las personas a alimentar, preparamos tres comidas nutritivas, saludables, y deliciosas.

Entonces, ¿vos qué vas hacer? Que no te agarre desprevenido. Es importante tener presente que somos lo que comemos y en estos momentos, que es prioridad cuidarnos, es esencial ser conscientes de nuestra alimentación.

Texto: Abril Guillén

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