La palabra es una herramienta para romper el silencio

Papeles suizos, José Arenas. Pez en el hielo, 2019.

Lo que la represión (y el dolor que arrastra) le hace a las personas en la infancia; lo que sale trunco y desparejo de una familia que lucha por enderezar y se vuelve su mayor vergüenza. 

En casos así lo que suele triunfar es el miedo que reproduce adultos de molde, de cotillón; pero cada tanto hay alguno que se rebela y aunque sea marginado y hundido en el silencio y obligado a atravesar una soledad geométrica hay algo que brota, se manifiesta. Y ya no hay ni silencio ni soledad: el margen se corre y reorganiza el mapa, desdibuja los parámetros, baraja y da de nuevo: se reinventa y en ese gesto reivindica. (Más que gesto, mueca). Entonces los roles se invierten; la familia fracasa en su anhelo de apariencia y la oveja negra brilla, hace justicia, modifica el discurso histórico hegemónico y canta su propia melodía.

Novela catártica, Papeles suizos viene a nombrar y poner las cosas en su lugar; quema caretas y expone la miseria espiritual de la riqueza material. Deja en offside las posturas, pero no reclama, más bien relata. Desarticula el dispositivo de la tradición dejando a la vista sus modos bobos y automáticos, sus réplicas superficiales sin decantación. Una familia que es la mínima expresión de un pueblo perdido dentro de un mundo que insiste en ocultar lo que no le sirve, la diferencia. El funcionamiento de una familia que explica el funcionamiento del mundo.

Arenas escribe una novela que es una denuncia y a la vez una renuncia (a toda pose). Una novela compuesta con la voz de la expulsión, desde el borde, que irrumpe con la fuerza de lo que se quiere negar, como los yuyos que crecen entre las baldosas: desubicados y hermosos por eso.

Texto y foto: Ignacio Martín

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