Despúes de comprarte y comerte “la propia torta frita”, ¿no te preguntás cómo y cuándo surge esta expresión? o ¿qué significado tiene el adjetivo “propio” en estos usos? Quizás también te preguntes si es correcto o no hablar así. Para pensar y aclarar algunas de estas cuestiones, invitamos a las lingüistas Carolina Oggiani y Cecilia Bértola, quienes estudian los cambios gramaticales que se observan en los usos del adjetivo “propio” en el español de Uruguay.
Ambas son licenciadas en Lingüística por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República (Udelar). Además, Carolina es magíster en Lingüístca (Universidad de Utrecht, Holanda) y está finalizando su tesis de doctorado (Universidad de Buenos Aires, Argentina). Cecilia es especialista en Gramática del Español y está finalizando su tesis de maestría, también en Gramática del Español (ambos por Udelar-ANEP).
Las lingüistas hablan de los procesos gramaticales que hacen posible que el uso del adjetivo propio se amplíe a nuevos usos. Por ejemplo, por qué decimos te vi con mis propios ojos, pero también me comí la propia torta frita, con el significado de “me comí la torta frita más rica / la mejor preparada / la más grande”, etc. Explican en qué radican estos cambios, cómo se están dando y en bocas de quiénes.
Para ello, dan algunas apreciaciones acerca de los cambios lingüísticos en general, teniendo en cuenta aspectos gramaticales. La gramática, o la sintaxis, tiene que ver con cómo las palabras se relacionan y combinan entre sí. Y en esto entran en juego las características de las palabras según su categoría gramatical, por ejemplo, en nuestro caso propio es un adjetivo, y cuestiones que tienen que ver con el significado, por ejemplo, que en estos nuevos usos este adjetivo tenga la capacidad de hacer que una torta frita sea la mejor. Este aspecto hace de propio un tipo particular de adjetivo, y este es el cambio que se proponen explicar.
A este respecto, aclaran que su tarea es describir los usos y significados que asignamos los hablantes a determinadas formas y, además, explicar los nuevos usos que comienzan a darse en nuevos contextos. Pero esta tarea requiere mantenerse al margen de hacer cualquier tipo de juicio normativo. Así, aclaran que la tarea del lingüista no es decir si un uso está bien o mal, sino explicar por qué decimos lo que decimos. Entienden, de hecho, que si algo cambia en el lenguaje hay que poder explicar por qué este cambio se da. Porque si algo se dice, más allá de todo juicio social, quiere decir que existe.
Además, cuentan que estos nuevos usos se dan de manera espontánea, sin acuerdos previos, sin imposiciones, e incluso sin ser conscientes de ellos; simplemente comienzan a usarse. Sin embargo, no todos los cambios en el lenguaje se consolidan y perduran. Es necesario que varias generaciones usen la nueva forma para afirmar que el cambio efectivamente se fijó. Esto, aclaran las invitadas, “es algo propio de la vida de cualquier lengua, y no de una en particular”.
Antes de entrar en la propia investigación, las invitadas nos explican los usos de propio en cualquier variedad del español, lo que significa que en todos los lugares donde se habla español este adjetivo tiene uno o varios significados compartidos. Pero no es compartido, sino que es propio de nuestro español de Uruguay, el propio uso de propio…
Además, para hacer esta descripción, Bértola y Oggiani explican que es necesario recurrir a otros casos en que haya pasado algo similar. Revisan, entonces, otros adjetivos, y resulta que en el español del Río de la Plata propio no está solo. De hecho, a cualquier hablante le resulta natural escuchar cosas como “zarpado auto tenía”, “altas llantas se compró”, “bruta bicicleta me regalaron” o el viejo y querido “estuvo re salado el examen”, y en niguno de los casos los adjetivos tienen su significado original: ni desprender un ancla; ni de gran estatura, ni necio, ni con mucha sal, respectivamente…
También arrojan datos sobre cómo se trabaja en lingüística para estudiar este tipo de cosas: de dónde sacan los datos con los que trabajan, cómo los analizan y cuáles son las hipótesis que manejan.
No te pierdas los detalles de su propia entrevista en la que las invitadas hacen lo propio y explican el propio cambio que está sucediendo en el uso del adjetivo propio.
Texto: (H)ablando ciencia
Imagen: Rosario Castellanos