Como seres hipersensibles que somos, cuántas veces hemos sufrido una reacción excesiva frente a algo que nos molesta, cuántas veces nos defendemos de falsas alarmas, de posibles ataques, de la vida, de nosotros mismos… Para esos momentos, o para estar preparados para enfrentarlos, es bueno tener a mano un libro de fácil manejo para la consulta inmediata de nociones fundamentales que nos salven de las reacciones alérgicas cotidianas.
Descubrí que la alergia esa que te aparece en las mañanas y no te deja respirar, te camina por la piel, te arma una fogata en el medio del pecho: SOY YO.
Vademécum de alergias nos muestra que somos nuestro propio némesis, “pariendo alergias”. Con la tragedia en el pensamiento, mientras se ensaya la esperanza, resignándose, resignándonos, sin encontrar a quién culpar, nos damos de bruces contra la impunidad de las alergias.
La ironía sagaz de Agustín Silvera se entrelaza con la concisa elocuencia de Fima Días para “abordar la tragedia de las alergias corporales, desde la incomprensión, la búsqueda de esperanzas, la súplica a deidades (esquivas) y la risa como respuesta”.
En la liturgia de los estornudos matinales me considero un fiel a respetar, siempre concurro a esa ceremonia, falto de amor y de esperanza.
Apérdida editores materializó este proyecto, que está en las librerías y que con solo echar un vistazo nos sumerge en un juego de palabras y sombras que nos interpelan.
… busque sus dolores, sus deformidades, busque sus alergias, no rehuya. Deje entrar lo que de todas formas ya está aquí. Haga de ellas otra cosa, destrúyalas con el lenguaje, conjúrelas con poesía, con músicas, formas y colores, tal vez funcione. En todo caso, el ejercicio vale la pena.
Hice el ejercicio y valió la pena, vos ¿lo vas a intentar?
Texto: Pao Melgar
Ilustraciones: Fima Días
