En general, el comportamiento y las prácticas sexuales inquietan y dan curiosidad. No solo de los humanos. Observar los ritos o las tretas de los animales puede ser apasionante. Y en una esfera más… imaginate qué hacen algunos peces que solo viven un año…
Federico Reyes es magíster en Ciencias Biológicas por el Programa para el Desarrollo de las Ciencias Básicas de la Universidad de la República. Desde 2018 es ayudante en el curso Biología General del primer año de la Licenciatura en Biología de Facultad de Ciencias y, desde hace unos años, trabaja en la Unidad Bases Neurales de la Conducta del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (UBNC-IIBCE), donde realizó parte de su trabajo de maestría. Además, desde este año integra el grupo de divulgación científica del Instituto Clemente Estable Los niños que cuentan ciencia.
Federico se interesó en entender un aspecto clave de la biología evolutiva: la selección sexual, a partir del análisis tanto las preferencias de apareamiento de las hembras como la competencia entre machos, y para eso utiliza a los peces anuales como modelo. Cita las palabras del Dr. y académico José Luis Peña para explicar la importancia de estudiar las bases neurales de la conducta en general: “Estoy fascinado por los cerebros no cercanos a nosotros, pero que revelan leyes universales de la naturaleza, del mismo modo que los astrofísicos lo están por planetas y estrellas en otras galaxias”.
Federico se mueve, como pez en el agua, entre las ramas de la ecología del comportamiento y la neuroendocrinología comportamental. Más específicamente, en su tesis (dirigida por Bettina Tassino, de la Sección Etología de Facultad de Ciencias, y codirigida por Laura Quintana, de la UBNC-IIBCE) exploró el rol de las hormonas esteroideas (andrógenos y estrógenos) estudia la regulación de los comportamientos agresivos y el establecimiento de relaciones de dominancia en este grupo de peces.
Su estudio, además de generar insumos importantes para el ámbito académico, aporta al conocimiento de especies autóctonas, como los peces anuales, que, por más chicos y de corta vida que sean, forman parte de nuestra cultura.
Con respecto a las prácticas sexuales de estos pececitos que viven en los charcos temporales, Federico explica que la frase las hembras eligen, los machos compiten tiene sus raíces en un aspecto de la biología reproductiva: la asimetría en la forma de los gametos y agrega que la anisogamia, el tipo de reproducción mediante la fusión de dos gametos de distinta forma y tamaño, tiene diversas consecuencias en el comportamiento de los individuos de las diferentes especies.
Ahora nos zambullimos en los charcos temporales… y es así que podemos zambullirnos de lleno en la conducta agonística de estos peces que ahí viven, es decir, en las prácticas de lucha que ponen en marcha para sus prácticas reproductivas. Porque para estudiar las bases neuroendócrinas de la agresión reproductiva y la selección sexual es necesario contar con individuos que tengan mucho sexo y se peleen por ello todo el tiempo. Los peces anuales son excelentes modelos de esto y “nos dan la oportunidad de estudiar la plasticidad de estas conductas en una ambiente cambiante y efímero, como son los charcos temporales”, según nuestro invitado de hoy.
Te invitamos a escuchar la entrevista a Federico Reyes para conocer la lucha que supone para estos peces vivir tan pocos meses.
Texto: (H)ablando ciencia
Foto: El equipo de trabajo en uno de los charcos temporales, gentileza de Federico Reyes
El equipo de PEDECIBA explica en este video “¿Qué es un pez anual?”:
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