Un caníbal de mi estilo

Sencillo, descontracturado y rockanrolero, así podríamos resumir al Bigote.

Debajo de la casaca futbolística, llevaba siempre una remera de los Redondos y cuando hacía un gol, la lucía con fervor. Con este curioso dato comenzamos esta entrevista futbo-musical.

Conoció a su banda de cabecera “gracias a un vecino que se convertiría en amigo, me pasó el Bang Bang y después me comí todos los discos. Me enamoré de los Redondos”.

A los 16 años, con permiso de menor mediante, realizó un viaje en tren a su primer toque de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, en Jesús María, Argentina.

Paralelamente, empezaba poco a poco su camino futbolístico en la quinta división de Bella Vista. Luego, tuvo un impás porque no estaba muy afín con comprometerse con la rutina de un entrenamiento y con la movida musical que interesaba a sus compañeros. Tiempo después, arrancó en la tercera de Villa Española, y su amor y devoción por el club quedarían intactos.

Afirma sin titubear: Juego al fútbol porque tengo suerte de hacer goles y tengo más fundamentos para hablar de los Redondos que de fútbol”.

Después de vivir ocho años en Guatemala, a su regreso jugó en la C del Villa, en una cancha impresentable, nos relata. Un gran ejemplo de reivindicación, de que se puede poner la energía necesaria en que las cosas resurjan y resulten de la manera que todo barrio sueña: volver a ver al Villa jugar, y hacerlo en primera. El objetivo se cumplió y hoy Santiago está feliz en su rincón en el mundo.

Soy hincha del club, mis amigos son hinchas, y mi señora. No juego ni por plata, son cosas impagables. También me caliento, pero la paso de la mejor manera y siempre pienso que estoy donde quiero estar”.

En esta suerte de agradecimiento y homenaje, le hicieron una bandera con su rostro y la frase “La vida sin el Villa es matar el tiempo a lo bobo”, en alusión a su pasión ricotera. Esta misma frase la tuvo muy presente en Guatemala, ya que le brindó la fuerza para confiar en que la mejor decisión era el retorno a tierras orientales.

El desafío de transitar junto a todos los miembros del club ese período no tan ameno hizo que el esfuerzo fuera doble, a la vez que lo fuera la gratificación. Sin dudas fue todo muy repentino, recuerda que “subir de la C a la B en menos de un año” y al poco tiempo, la tan gloriosa y esperada A.

Santiago encuentra relación entre los Redondos y el fútbol, y, sin entrar en detalles, se puede intuir su postura y reflexionar. Está “entrelazada con el fútbol la ideología que ponen los Redondos”.

Para ver tocar al Indio Solari, contratan un bondi con toda su banda de amigos ricoteros y emprenden camino para cosechar anécdotas y transitar más que mil emociones.

Una de esas anécdotas fue en Montevideo. Skay, guitarrista de los Redonditos de Ricota, bajaba de un taxi en la puerta de Bluzz Live. El Bigote enseguida lo reconoció y fue a abrazarlo. La música mueve fronteras, acota distancias entre artistas y “fanáticos” y nos permite identificarnos en multitud, tener el placer de ser uno solo y ser miles, al mismo tiempo.

La charla fue muy amena. Con seguridad, coincidimos en que “el Indio es un poeta callejero”. Conozcamos las creencias y sentires de uno de sus fieles en esta nota.

Texto: Catalina Saibene 

 

[mixcloud https://www.mixcloud.com/radiopedaluy/bigote-lopez-sapos-de-otro-pozo-27-07-16/ width=100% height=120 hide_cover=1 light=1]

Otras notas para leer

Un caníbal de mi estilo

Sencillo, descontracturado y rockanrolero, así podríamos resumir al Bigote. Debajo de la casaca futbolística, llevaba siempre una remera de los Redondos y cuando hacía un gol, la lucía

Ver galería »

Menú

Buscar

Compartir

Facebook
Twitter
Email
WhatsApp
Telegram
Pocket

Gracias por comunicarte con PEDAL. Creemos que la comunicación es movimiento, y por eso queremos que seas parte.
Nuestra vía de comunicación favorita es encontrarnos. Por eso te invitamos a tocar timbre en Casa en el aire: San Salvador 1510, un espacio que compartimos con otros colectivos: Colectivo Catalejo, Colectivo Boniato, Cooperativa Subte y Palta Cher.

Te esperamos.