¿En qué pensás si te digo “vacaciones”? ¿Y si te digo “dinero”?

En esta entrega de “Dándole a la lengua” abordaremos el tema de las asociaciones de palabras. O sea, cuando pensamos en una palabra, ¿cuáles se nos vienen a la mente en primer lugar? A partir de una investigación realizada en Lodz, Polonia y “desafiando”, en ocasiones, a las conductoras de (H)ablando ciencia, les contamos cómo conectamos palabras en nuestra mente dependiendo de variados factores.

Basándonos en una investigación de Antonio María López González (profesor de Lingüística española), te proponemos jugar con las palabras y ver de qué manera se relacionan. Para ello necesitamos de algunas piezas de la lengua, como por ejemplo los sustantivos (como vacaciones, dinero), adjetivos (divertidas, caro) o verbos (pagar, comprar, vacacionar), que conforman el léxico de una lengua.

¿Cómo es tu caudal léxico? ¿Rico? ¿Pobre? Pero, ¿según qué criterios se hace esta pregunta?

Esto depende de varios factores, tales como el nivel educativo o económico de los individuos, y de las valoraciones sociales que distan de cuestiones estrictamente lingüísticas, tema que en esta oportunidad no abordaremos. Cabe aclarar que la cantidad de palabras que conocemos (que pueden ser muchas) se compara, en este caso, con la cantidad total de palabras del español (algo muy difícil de cuantificar, por lo tanto, de saber o manejar).

Hablemos, entonces, de léxico activo y de léxico pasivo, distinción recogida en la investigación de López González, llamada Las asociaciones léxicas en el léxico disponible en lengua materna y en lengua extranjera. El primero tiene que ver con la comprensión de las palabras, mientras el segundo refiere al léxico de uso cotidiano, lo que está activo de manera dinámica y espontánea, y que el registro coloquial se encarga de enriquecer constantemente.

Cuando escuchamos una palabra inmediatamente la podemos asociar con otra y otra y otra. Claro, esto dependerá de qué sentido le des a esta palabra y del contexto en que la escuches. Si te digo estudio, nos podemos referir a un lugar físico, si pensamos en una radio o a una materia que estemos cursando, o a una actividad. En cada caso, decimos que las palabras que surjan a partir de esta pertenecen a un mismo tema o centro de interés. A esto el autor le llama cadenas léxicas. Estas cadenas activan cuestiones que están interconectadas a partir de algún rasgo compartido, pero que cada hablante relaciona de manera particular. Al ser este un proceso mental individual, se evoca la disponibilidad de léxico de cada uno. Con esto nos referimos a las palabras que tenemos a mano. ¿Cuáles son los factores que inciden en la existencia de esas palabras? Según López González, la tipicidad, que se refiere a las palabras típicas que nos vienen a la mente cuando hablamos de una categoría determinada. Cuanto más contacto con un objeto en la vida cotidiana, mayor disponibilidad de la palabra que lo representa. También influye la edad de adquisición. Desde esta perspectiva, cuanto más temprano se aprende una palabra, esta se reconoce y se produce más rápidamente que otras adquiridas más tarde. Hay procesos mentales que permiten este fenómeno.

Los casos presentados en el artículo de López González describen asociaciones de palabras que realizan jóvenes polacos, similares a las respuestas de individuos rioplatenses a investigaciones que se realizan por estas latitudes.

Si te interesa indagar más en este tema, te recomendamos los siguientes links.

La Diaria Ciencia

Jugar con las palabras y la mente

Texto: Andrea Rivero

Imagen: La Diaria

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