Nombremos las cosas como son: la trata y explotación sexual de personas en Uruguay existe.
Gimena Albarenga, integrante del colectivo ¿Dónde están nuestras gurisas?, pasó por Trazos para charlar sobre el contexto actual de la trata de personas con fines de explotación sexual en el Uruguay y cómo esta temática es abordada por los medios.
El colectivo busca visibilizar que en Uruguay existe la trata a nivel interno. Nuestro país es origen pero también destino y tránsito de personas.
A las situaciones de precariedad en la vida de las personas, principalmente mujeres, y en particular adolescentes expuestas constantemente a un alto nivel de violencia, se suma la ausencia del Estado en el abordaje de todo lo relativo a esta temática. Estos son factores muy relevantes en el origen y sostenimiento de la trata de personas.
Los mecanismos de identificación y detección de este tipo de situaciones tienen falencias. El cruce de información entre instituciones falla y eso es algo fundamental en este contexto. En Uruguay existe desde 2018 la Ley 19.643 de prevención y combate de la trata y tráfico de personas. Sobre esta ley, Gimena plantea que en realidad tiene falencia en los recursos que hacen que no sea tan efectiva su aplicación.
¿Dónde están nuestras gurisas? concentra su trabajo en el apoyo a familiares y víctimas de la trata, articulando denuncias y exigiendo informes de las investigaciones en curso a nivel judicial. Por otro lado, busca apelar a la ciudadanía para poner el tema sobre la mesa y generar movilización. Durante la pandemia, el colectivo generó un sistema de canastas básicas para quienes son afectadas por la trata, algo que para Gimena fue muy enriquecedor, en el sentido de tender redes vinculares para pensar en un trabajo a largo plazo en conjunto.
El colectivo se plantea la preocupación en el abordaje que le estamos dando los medios de comunicación al tema de la trata y la explotación sexual. Es necesario empezar a problematizar el rol que cumplimos en la construcción de estas discusiones y la presentación de estas situaciones. La entrevistada entiende que muchas veces existe una nueva vulneración hacia las personas implicadas como víctimas, cuando se indagan sus historias de vida y su contexto familiar desde una mirada que culpabiliza, incluso priorizando en muchos casos la voz de defensa de los señalados como explotadores. Esto, además de lo que implica a nivel personal y familiar, muchas veces puede incluso entorpecer las investigaciones judiciales en curso, y por eso para Gimena es necesario que la información presentada por los medios esté respaldada por una investigación que sea rigurosa.
Texto: redacción colectiva Trazos.
Imagen: ¿Dónde están nuestras gurisas?