Pondrán placa en el Hospital Militar en reparación a víctimas de la dictadura.
Se colocará una placa conmemorativa en el Hospital Militar de Montevideo con el fin de señalar y recordar los hechos acontecidos en ese lugar durante la última dictadura cívico-militar, según informaron el martes 25 de octubre en Trazos fuentes de la Secretaría de Derechos Humanos del PIT-CNT.
El viernes 28 se octubre a las 17.00, se descubrirá en la puerta principal del hospital (avenida 8 de octubre 3060) una placa que recuerde a las víctimas de la dictadura que pasaron por la sala ocho del edificio, donde los militares llevaron a sus presos para sanarlos luego de jornadas de tortura para continuar, posteriormente, con los interrogatorios.
Además, en ese lugar se llevaron a cabo experimentos con personas que no estaban enfermas y se concretó el robo de varios bebés, explicó Sergio Miraballes, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la Federación ANCAP y de la Mesa permanente contra la impunidad.
La conmemoración se realiza en el marco de la Ley de reparación a las víctimas de la actuación ilegítimas del Estado entre el 13 de junio de 1968 y el 28 de febrero de 1985, y depende de la Comisión especial de reconocimiento y reparación a las víctimas de la actuación ilegítima del Estado, del Ministerio de Educación y Cultura.
“Desde el PIT-CNT se apuesta a mantener viva la memoria y a sembrarla, porque luego del terrorismo de Estado se apostó fuerte al olvido”, señaló Miraballes. El gremialista también destacó el arduo trabajo que se hizo desde la Mesa permanente contra la impunidad para colocar la placa: “Fueron tres años en los que desde el Poder Ejecutivo se iba dejando para atrás”.
La insistencia en “dejar una marca” en este lugar responde a la poca información que hay al respecto. “Es un lugar muy emblemático por su historia negra, y se desconocía mucho sobre el lugar, porque la historia está olvidada. Muchos de los que allí trabajan seguro no saben que ahí murieron compañeros por omisión de asistencia”, sostuvo Miraballes.
Además, la sala ocho fue testigo del nacimiento de muchos niños, hijos de presas políticas, como es el caso de la ahora diputada del Frente Amplio Macarena Gelman. Para el militante: “El hecho de que permitan colocar una placa es un pequeño reparo, pero permite seguir contando su historia”.
Dejarlo dicho
Las placas de la memoria buscan “promover acciones materiales o simbólicas de reparación moral con el fin de restablecer la dignidad de las víctimas y establecer la responsabilidad del mismo. Las mismas tenderán a honrar la memoria histórica de las víctimas del terrorismo y del uso ilegítimo del poder del Estado”, según indica la ley antes mencionada.
Ya se han instalado en otros lugares muy representativos de la historia reciente uruguaya. El domingo 23 de octubre, en la localidad de Shangrilá (Ciudad de la Costa), se colocó una placa que expresa: “Este lugar conocido como ‘Chalet Susy’ ofició como puesta en escena de un operativo del Plan Cóndor para legalizar ante la opinión pública detenciones de uruguayos secuestrados en Argentina por motivos políticos e ideológicos y trasladados clandestinamente al país. Nunca más terrorismo de Estado”.
Miraballes explicó que esta operación fue liderada por José Gavazzo, exmilitar uruguayo condenado por delitos de lesa humanidad. Fue él quien gritaba desde afuera de la casa que se rindieran mientras un compañero suyo respondía desde adentro que no lo harían. “Luego, esos detenidos fueron paseados por las inmediaciones del Estadio Centenario, al terminar un [partido de fútbol] clásico, para que todos los vieran”.
También se colocaron placas en el Batallón de infantería N°13, donde se puede leer: “Aquí funcionó el Batallón de Infantería nro. 13, que fue centro de detención, desaparición, tortura, muerte y enterramiento clandestino entre 1972-1985”, y en el edificio siguiente: “En el Servicio de Materiales y Armamento, funcionó el Centro Clandestino de Detención 300 Carlos, también llamado ‘Infierno grande’, lugar de detención, desaparición, tortura y muerte desde 1975”.
En julio de este año se colocó otra placa que despertó gran controversia. En la sede de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) se dejó en claro que allí “se organizó el espionaje y la persecución contra la sociedad. Se secuestró y torturó, se violó y humilló”, tal como explica la conmemoración.
Para colocar esa placa se quitó la que honraba al policía Víctor Castiglioni, primer director de la DNII desde su creación hasta 1982. Se volvió a colocar una mención en su honor en el Círculo Policial.
Nunca se fueron
Desde la muerte del exministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro, en agosto de 2016, asumió el segundo al mando, Jorge Menéndez. Según Miraballes: “La expectativa es tener mayor accesibilidad a los archivos y a los lugares de excavación”. Para el gremialista: “Se avanzó muy poco en comparación con lo esperado cuando asumió el gobierno de izquierda, comprometido con la lucha por la verdad y justicia”.
Miravalles recordó que la más comprometida con este cometido fue la jueza Mariana Motta, “quien mediante mucho trabajo encontró a testigos y a actores de algunos de los delitos de la dictadura”.
Hasta el momento, no se siente como si hubiera habido alguna reparación. Algunos hechos de este año demuestran que los militares “siguen operando de la misma manera que antes, apostando al miedo y a las amenazas”, dijo Miraballes.
El miembro del PIT-CNT recordó lo acontecido en el Grupo de Investigación en Arqueología Forense (GIAF) de Uruguay en marzo de este año, cuando se constató el ingreso no autorizado al laboratorio del GIAF y el consecuente faltante de material de archivo.
Texto: Leticia Castro.
