Recuperar lo abandonado, resurgir, unirse en cooperativa y empezar de nuevo no son tareas sencillas, menos si lo que se intenta nacer es un medio de comunicación; sin embargo el colectivo de La Vaca lo logró con mucho éxito. Desde la crisis del 2001 que reunió a un grupo de periodistas disidentes hasta ahora la cooperativa formó una agencia de noticias, una Cátedra Autónoma de Comunicación Social, un periódico, una radio, una casa cultural, organizó varios talleres de contrainformación y la Asociación de Revistas Culturales Independientes.
Lucía Aita es antropóloga y periodista del colectivo La Vaca y en su trabajo diario reivindica la nueva forma de hacer periodismo que separa a la cooperativa de los medios comerciales. Para Aita en estos medios queda “poca gente haciendo periodismo, cuesta mucho sostener el trabajo, hacerlo dignamente y hacer real investigación. Se está haciendo mucho periodismo de escritorio, se levantan gacetillas de la agencia de noticias nacional y listo”.
El periodismo que realiza La Vaca, en su página web y en la revista impresa Mu, “está con los pies en la calle, se hace comunicación social que se genera desde la calle no desde la computadora, por eso salen productos diferentes con resultados distintos”, afirmó Aita. Según la integrante de la cooperativa hay “mucho de la vieja escuela pero hecho ahora” y agregó que “la forma de trabajo no es la misma que antes, pero sí se busca volver a la pregunta genuina, a informarse realmente de lo que pasó para contarlo”.
De esta forma La Vaca logró separarse de la agenda de los medios tradicionales y poner sobre la mesa distintas temáticas abordadas “con un nivel de crónica y fotografía que medios comerciales no tienen”.
Aita destacó la cobertura de los espacios recuperados, donde se trabaja sin patrón y autogestionados, además de los temas relacionados a derechos humanos, derechos de mujeres y #NiUnaMenos. También esta cooperativa es muy cercana a los pueblos originarios y su lucha contra las distintas multinacionales que se apoderan de sus tierras.
El colectivo -a pesar de escribir sobre grandes corporaciones o meterse directamente con el gobierno de turno- mantiene un “trabajo grupal bastante cuidado en cuanto a las responsabilidades y cómo nos planteamos los temas”, explicó la periodista. A su vez están muy a favor de afrontar las dificultades desde la asociación, por eso su insistencia en el vínculo con otros medios similares que es “de lo que se nutre” este tipo de publicaciones.
Muchas Nueces
Aita también es la presidenta de la editorial cooperativa Muchas Nueces que en cuatro años de existencia ya publicó seis obras para niños. “La editorial hace cuentos para niños con temáticas sociales. Somos un grupo de 10 personas que incluye ilustradores, diseñadores gráficos, escritores, correctores y compañeros de administración”.
Este proyecto nace en La Vaca, a partir de su curso de Diplomado en Gestión de Medios Sociales de Comunicación, cuando se juntaron con Augusto Bianco y otros compañeros que necesitaban darle a los niños algo diferente.
Leticia Castro