Fue hincha fanático de Nacional y devino en simpatizante. Por el camino, también le agarró cariño a Sud América y hoy mira el fútbol porque le gusta el juego, no así muchas de las cosas que lo rodean. Como buen hombre de teatro, puso el foco en el proceso Tabárez como una obra y en el Maestro como un director que está en todos los detalles. Jorge Esmoris pasó por El área 18 y le pegó “de afuera del área”, recordando sus vivencias de solitario hincha que iba al Estadio en el 187 y se cambiaba de lugar en la Olímpica para seguir a la delantera, recorriendo rituales y memorias imborrables que tiene el fútbol como banda sonora de la vida de muchas personas.