Poderosa, la volcánica polenta estalla a punto de hervor. Desde la otra orilla vienen ráfagas de poética agresiva, tentándonos, invitándonos a preguntarnos “¿y si yo molotov?”.
Es que nos enciende y nos enfurece la violencia patriarcal del estado, los medios y la justicia. No nos enseñaron a defendernos, mucho menos a atacar, pero acá estamos, enseñándonos entre nosotrxs.