Desde una locación que no podemos revelar, disidentes de la norma del no encuentro, del no abrazo y del no cuestionamiento, cocinamos esta polenta virulenta. Segundo programa del año, en estas circunstancias atípicas, revolvemos en la olla común un menjunje de lecturas, voces, sentires, afecciones y reflexiones. La incertidumbre nos puede congelar, dejar en blanco, sumisas asintiendo a todos los protocolos, comprando alcohol en gel a precios obscenos, recelosas del cualquier contacto (¿de dónde venís? ¿con quién estuviste?, ¿qué es esa tos?) …o puede ser la oportunidad para la improvisación.
Imaginar recombinando, resignificando, desorganizando los órdenes que se muestran obsoletos, cómo reencontrarnos, para ya no volver a la normalidad. Nos inquietamos, estamos ansiosas, ¿cuántos links más soportan nuestros chats? ¿Cuántos posteos de noticias, de cifras, de teorías conspirativas toleran nuestros sistemas inmunitarios? Entre tanto que se comenta, opina, reclama, denuncia en las redes sociales y en los medios ¿qué necesitamos saber?
En medio de toda esta supuesta información, abrumadora y contradictoria, se siente el temblor de las estructuras. Tiritamos de vulnerabilidad.
Texto: Revolviendo la polenta