Hablar de lo que duele, de lo que proporciona placer, de lo cotidiano, de sentimientos, de rabia. Hablar de amor, de amistad, de sensaciones y de sentimientos. Hablar de emociones, de miedos, de temores, de trauma. Exteriorizar lo que pasa adentro de nosotras, y de nosotros, y compartirlo, es probablemente uno de los retos más difíciles que se le presentan a cualquier persona. No hemos sido precisamente educadas y educados en un mundo en el que exteriorizar sentimientos, más cuando son negativos, esté socialmente aceptado. Lidiamos a diario con contradicciones, con problemas internos, con rutinas aburridas, con deseos incumplidos que, a largo plazo, generan disputas, noches sin dormir, y la necesidad, al fin, de compartir lo que nos pasa.
Escribir, para las personas que amamos genera una liberación inigualable. En muchos casos plasmar historias en un papel en la intimidad es más fácil que enfrentarse al hecho de tener que contarlas. Los prejuicios pesan mucho en nuestro día a día y en nuestras relaciones, y las mejores personas que nos entienden, muchas veces, somos nosotras mismas.
¿Quién no ha escrito un diario, una carta de amor o de amistad que jamás envió, un correo o un mensaje que quedó en la casilla de borradores? ¿Quién alguna vez no ha pensado cómo decir lo que siente con miedo a transmitir impresiones equivocadas y al final nunca ha contado nada? ¿Quién no guarda un secreto, una intimidad, alguna preocupación, algo personal?
Diarios íntimos, poesía autorrefencial, cartas… todo vale para hablar de nosotras, de cosas que nos pasan, de la vida que vivimos.
Entre el 30 de marzo y el 1 de abril se celebró en Montevideo el I Encuentro de Mujeres y Escritura, organizado por la Casa Chiche, la Casa de las poetas e Índigo Editorial. Invitamos a ¿Por qué no te callas? a Laura Bianchi, una de las organizadoras.
Texto: ¿Por qué no te callas?