Este mes volvió nuestro economista para hablar de las financiación de los partidos políticos, cómo funciona la ley frente a los aportes que reciben, ya sean públicos o privados, y cuáles son los vacíos que todavía existen.
“No pensemos mal, pero sospechemos” fue la consigna que atravesó esta columna tan interesante que, además, va a dar mucho de que hablar a medida que nos acerquemos a los comicios.