Esto es pura creencia. No es religión

¿Qué modos de vida nos proponen los sistemas de creencias a los que adherimos?

¿Qué es la verdad?

Dice el diccionario que la verdad es conformidad entre lo que una persona manifiesta y lo que ha experimentado, piensa o siente.

¿Cuáles son nuestras religiones, cuáles nuestras verdades? 

Dice el diccionario que las creencias religiosas son ideas consideradas verdaderas por quienes las profesan.

Por las distinciones que nuestra sociedad hace, nosotras, Cecilia y Federica, no tenemos religión. Pero más allá de esta adjudicación, creemos que es esencial comenzar esta reflexión en torno a la religión haciendo el ejercicio de detenernos a interpelarnos a nosotras mismas y a nuestras creencias, antes de cuestionar las de otras personas. Nuestra sociedad racional determina que las creencias de las religiones no son verdades verificables y carecen de sustentos científicos. ¿Y si las creencias científicas tampoco tienen fundamentos finales y no pueden asumirse como verdades inamovibles? ¿Y si implican una jerarquización y una valoración del mundo y de nuestras relaciones que operan desde lógicas de la fe? ¿Y si la ciencia y sus postulados están, como lo están quienes la ejercen, determinadas por la contingencia histórica social?

– La ley de la gravedad explica por qué las cosas se caen. Descartes y Kant son filósofos de la modernidad. La teoría de la evolución explica el inicio de la especie humana. El diccionario define el significado de las palabras.-

Podemos no utilizar la idea de verdad, saber que nuestras creencias son pasajeras y relativas, pero para nosotras hay ideas que por distintas variables se nos presentan con tal firmeza que parecen inamovibles en nuestras vidas, verdades. Nos guste o no nos guste, busquemos evitarlo o no, todas tenemos verdades o maneras de relacionarnos con ciertas ideas que se involucran con la verdad.

– Nadie debe vivir en la pobreza. Nunca más militares a la calle. El interés económico no puede mover el mundo. Nuestras relaciones no pueden convertirse en celulares.-

Habitualmente asumimos (nos demos cuenta o no) distintos criterios por los cuales algunas creencias se transforman en verdades. Por ejemplo, dependiendo de quién seas, qué sepas y el lugar que ocupes, lo que digas va a tener una gran oportunidad de convertirse en verdad. 

-El médico me dijo: tienes que darte la vacuna del sarampión; me la di. La electricista dice que hay que cambiar los fusibles, allá fui a comprar otros. Me dijo la profe que Artigas se casó con la primase lo conté a mamá.-

Otra manera de asumir verdades es a causa de escuchar repetidamente algunas ideas. ¿Una mentira repetida muchas veces se transforma en verdad?

 La democracia es la forma de garantizar la participación del pueblo en la toma de decisiones. El respeto es un valor humano que hay que defender. La familia siempre debe estar unida. La tierra gira alrededor del sol. El hombre llegó a la luna. España tiene reyes. Herror va sin h.-

También puede pasar que asumamos que todo lo que se nos presenta desde los sentidos sea verdadero.

– Estamos en la cabina de Radio Pedal. En los controles está Alito. Alito es flaco. La mesa tiene cuatro patas. Las paredes son verdes. El buzo de lana me pica.-

Las verdades no se establecen por arte de magia, las verdades han sido muchas veces creadas y utilizadas por el poder de turno.

 Cristóbal Colón descubrió América. América se llama América. Los reyes de España son los reyes de España. Europa es nuestra referencia. Nuestro cuerpo es nuestra propiedad. La propiedad es privada. Existen dos sexos: el masculino y el femenino.- 

Bueno, nos toca detenernos y revisar nuestras creencias, porque aunque digamos que no creemos en la verdad, vivimos como si lo hiciéramos y muchas veces estas verdades son un problema.

– No puedo dejar de trabajar. Mis hijos son mi vida. Comer mucho dulce me hace mal. No tengo actitudes machistas. No puedo regalar mi casa. Asumo que mis amigas tienen las mismas posturas éticas que yo. Es importante tener un título académico. Los niños tienen que ir a la escuela.-

Después de esta reflexión, para nosotras el problema no se reduce a “religión sí”, “religión no”. La cuestión es: qué modos de vida nos proponen los sistemas de creencias a los que adherimos, ya que siempre adherimos a uno.

Podemos criticar a las religiones monoteístas, pero no por creer en dios, sino por determinar que todes debemos adherir a ellas y perseguir y asesinar a quienes no lo hacen, por determinar cómo debemos vivir las personas que no somos parte de su religión. Podemos criticar el lugar que le dan a la mujer y a los delitos y abusos sexuales, económicos y políticos que cometen y sostienen.

No queremos criticar a las creencias de otras personas por no estar verificados o científicamente demostradas, lo que estamos criticando son las implicancias de esas creencias en nuestras vidas. Queremos vivir para crear un mundo en el que quepamos todes, todas y todos, esa es una verdad para nosotras. Para eso deberíamos revisar nuestra soberbia ante las creencias de los demás, revisar las relaciones que establecemos y reproducimos con las categorías, así como la relación de nuestras verdades con el poder dominante.

Invitamos a conversar sobre esto a las antropólogas Rossana Passeggi y Magdalena Milasev, ambas investigan sobre religión.

Texto: Revolviendo la polenta

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