En el sistema de pensamiento monógamo, los amores se excluyen los unos a los otros.
Además, se jerarquizan los afectos, de manera que el amor único y sus derivados “naturales” (la pareja, la familia) tienen un estatus superior a otros afectos, como la amistad.
Y en la cúspide de esa jerarquía sólo hay un único espacio.
Si desmontamos la jerarquía y proponemos un esquema horizontal, donde los afectos no se jerarquicen y los amores no se sustituyan, la amenaza desaparece.
Pensar el amor, los amores, desde un esquema de redes afectivas, unas redes que aspiren a ese rizoma deleuziano que proponía sustituir los árboles (¿genealógicos?) por los infinitos campos de papas, cambia todo el planteamiento de nuestras vidas.
Redes Afectivas y Revoluciones, de Brigitte Vasallo.
¡Primer plato de amistad! Abrimos la conversa preguntándonos ¿por qué era tan fácil hacerse amigues en la infancia?, ¿cómo era tener una mejor amiga en la escuela?, ¿puede la amistad ser un flechazo?, ¿qué pasa con nuestras amistades que están lejos? Todas las versiones de la amistad: amistades breves, nuevas, viejas, de toda la vida, amistades de a dos, de grupo, amistad y sexo, amistad y complicidad, amistad y familia, amistad en colectivos. La amistad como circulación de intensidades, vínculos de soporte compartido y encuentro de cuerpos que se afectan
+ Cuchá, meté cuchara. Salimos a preguntar ¿qué lugar ocupa la amistad en tu vida?, ¿qué preguntas te hacés sobre la amistad?, ¿cómo es un buen plan con amigues?
+ Correspondencia a dos orillas. La erótica de la amistad a varias voces y bocas.
+ Polenta de Letras. Escuchamos lecturas de amistad, placeres y sexualidades no normativas
Estuvimos leyendo:
Ética amatoria del deseo libertario y las afectaciones libres y alegres, Ludditas Sexxxuales
Tengo miedo, torero, Pedro Lemebel
Ética a Nicómaco, de Aristóteles