Llega el verano, llegan las vacaciones, llegan las ganas de protagonizar aventuras extraordinarias y volver con anécdotas increíbles. Y llega, quizás, la pésima idea de vivir eternas y fugaces historias de amor con personas que durante dos días son perfectas y viven en el lugar perfecto y en un mundo perfecto en el que hacemos lo que queremos las 24 horas. Si desean saber qué le pasó a seres ficticios que se zambulleron en las turbulentas aguas de los amores instantáneos, están en el lugar correcto.
2 yötä aamuun (“Dos días hasta mañana”. Dirección: Mikko Kuparinen. Finlandia/Lituania, 2015). Una arquitecta francesa y un DJ finlandés se conocen una noche en un hotel de Lituania. Se miran, charlan un rato, se mienten bastante y terminan durmiendo juntos, convencidos de que a la mañana siguiente se subirán a un avión y adiós para siempre. Pero resulta que hay tremenda nube de cenizas sobrevolando Europa que obliga a cerrar todos los aeropuertos y los amantes deberán volver a verse las caras y empezar a conocerse en serio en las 24 horas extra que les brindó el azar.
Copenhagen (Dirección: Mark Raso. Canadá/EEUU/Dinamarca, 2014). William tiene unos 30 años y anda viajando por el mundo conquistando chicas y tratando de saber de dónde vienen sus ancestros y qué carajo hacer con su vida. Un día conoce a Effy, una copenhagense (?) muy copada, enérgica y sabia que además de entretenerlo y ayudarlo le enseña un par de verdades. Entonces Will comienza a sentir algo parecido al amor por primera vez en la vida. Pero hay un datito sobre Effy que le generará a Will algún que otro conflicto y se interpondrá en esta casi perfecta pareja.
Before Sunrise (“Antes del amanecer”. Dirección: Richard Linklater. EEUU/Austria/Suiza, 1995). Céline es francesa y está yendo a visitar a su abuela a Budapest. Jesse es estadounidense y anda viajando por ahí luego de haber cortado con su novia. Ambos se encuentran en un tren y deciden pasar una noche en Viena y se cuelgan hablando de la vida y la muerte y el amor y etcétera. Y luego chau, cada uno por su lado, pero se les ocurre encontrarse ahí mismito seis meses más tarde sin pasarse ningún dato de contacto. Si lo consiguen o no se verá en la segunda (Antes del atardecer) y tercera (Antes del anochecer) parte de esta trilogía.
Texto: Micaela Domínguez Prost