Saquen su mercado de nuestra educación

Bajo la consigna  “Sin educación pública no hay futuro, la crisis no la pagará el pueblo” , miles de estudiantes se movilizaron como cada 14 de agosto, recordando a lxs mártires estudiantiles, porque sin memoria tampoco hay futuro. 

En un contexto de recortes, impulsos privatizadores, control político, avances represivos, y a 15 días de que se cumpla la fecha límite para el ingreso del presupuesto al Parlamento, lxs estudiantes dejaron en claro que la dignidad no se negocia y que mientras estén las calles, de lo público no se toca ni la palabra.

Si bien el reclamo por más presupuesto para la educación es histórico, este año nos encontramos en la calle con el decreto 90/2020 del 11 de marzo, con el que el Poder Ejecutivo estableció un recorte del 15 % en el rubro Gastos e inversiones al conjunto de la administración pública.

Este gobierno ha dejado clara su poca voluntad para una justa distribución del presupuesto. El ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, señaló, el 4 de junio, que había que revisar el gasto de la alimentación escolar y si el uso de este servicio debía ser para todos. El consejero del Consejo Directivo Central (Codicen), Juan Gabito Zóboli, plantea suprimir cargos y horas docentes para ahorrar; en sus palabras: “La buena noticia es que hay mucho por donde ajustar, no en el sentido neoliberal del término, sino en el cuidado de optimizar cada peso de Juan Pueblo”.

La ministra de Economía, Azucena Arbeleche, confirmó la intención de recortar el presupuesto de la Universidad de la República (Udelar), porque la Universidad tiene un presupuesto  “suficientemente grande ”. El director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Isaac Alfie, afirmó que el presupuesto de la Udelar se había incrementado, pero que el número de egresados se había mantenido estable, y a partir de esto concluyó que el gasto por egresado había aumentado. Sin embargo, según datos oficiales de la Udelar, la matrícula universitaria pasó de 110.442 estudiantes en 2012 a 139.830 en 2019, llegando a su máximo histórico. 

Entre motosierras y mentiras amplificadas por las grandes empresas mediáticas, la perspectiva de llegar al 6% del Producto Bruto Interno (PBI) para la educación + 1% para investigación, que hace varios años reclama el movimiento estudiantil, entre otros actores vinculados a los sectores en cuestión, es nula. Pero, siempre es importante recordar que lo necesario no es solo un mejor presupuesto, sino una manera de ver el mundo en que las lógicas que rigen el mercado no sean las rectoras de la educación pública. Lxs pibxs cargaban cartones, plastilleras y papeles como banderas que lo dejaban bien claro:  “El temor de los ricos es la educación de los pobres” / “La educación no es un gasto, es una inversión” / “Recortarnos es recortar el futuro” / “¿Tanto miedo le tienen a la educación del pueblo?” / “Que la educación no sea un privilegio de clase”.

Además de carteles y cánticos en movimiento, lxs estudiantes coparon la plaza 1o de mayo con sus proclamas reivindicando no solo una educación pública, sino una educación popular y digna, becas, formación y boleto estudiantil gratuito.

Entre las proclamas del Centro de Estudiantes de Secundaria, de UTU, de la Federación de Estudiantes de Universitarios de Uruguay (FEUU) y del Centro de Estudiantes del IPA (CEIPA), el Centro de Estudiantes de Magisterio (CEM) y la Asociación de Estudiantes de Educación Social (AEES) dijeron fuerte y claro: “Una autonomía y cogobierno que no permita la injerencia de empresas transnacionales como UPM. Desde hace años a las estudiantes y los estudiantes nos descuelgan pancartas, nos censuran con total complicidad de las autoridades de la educación, con la excusa de la laicidad. A estas empresas se les permite entrometerse en nuestros lugares de estudio brindando talleres en nuestras aulas y estructurando carreras a su conveniencia”.

La educación, así como la plata que administra el gobierno de turno, es de todxs. Y quienes la transitan saben bien lo que quieren, tal como lo reivindicaron en sus proclamas: “La educación pública que reivindicamos es autónoma y cogobernada, donde no nos digan desde afuera que es lo que tenemos que hacer, sino que quienes la construimos colectivamente día a día seamos las que definamos hacia dónde va”.

Lxs estudiantes no cuestan dinero, lo valen todo. El valor de la dignidad no entra en el presupuesto. La dignidad no se monetiza y, por lo tanto, no es moneda de cambio en el mercado, así que ahorren en excusas porque los recortes no están en sus planes.

Cobertura colaborativa: Pedal, Colectivo Catalejo, Rebelarte

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