En la segunda entrega de este espacio, el Dr. Álvaro Portillo reflexiona sobre los ejes de desarrollo del pensamiento y de la acción de la izquierda en América Latina.
A la voz de “Todo pasa y todo queda”, Portillo comienza a desarrollar cuál era el contexto social, político y económico que imperaba por estas coordenadas, tan dispar al europeo, y que matizó la presencia de la izquierda. Se desarrolla, así, bajo componentes específicos de la historia latinoamericana que se suman a la evolución del pensamiento zurdo primigenio, esta corriente política en nuestro continente.
Portillo, sin pretensión de exhaustividad, hace un punteo de los hitos que marcaron el rumbo de la izquierda, estableciendo una diferencia entre lo que fue la primera mitad del siglo pasado y la segunda, sin pisar los límites de la contemporaneidad. Es así que nombra la Revolución Mexicana, que tiene sus comienzos en 1910 y llega hasta 1930, como el mojón trascendental de este proceso. También hace alusión a la Reforma Universitaria de Córdoba, en 1918, y al movimiento universitario que nace con esta, pero que se disemina y abarca otros aspectos políticos y sociales en el resto del Cono Sur.
Los detalles que Portillo da sobre el levantamiento insurreccional mexicano contra Porfilio Díaz, que desencadena el proceso revolucionario por aquellos lares, dilucida los matices que esta fuerza política tuvo en nuestro continente respecto del europeo, además de esclarecer los orígenes y motivos que llevaron a Emiliano Zapata y a Pancho Villa a encabezar este proceso. “Proceso que va más allá de derrocar a un dictador, sino que buscó instaurar una república democrática y definir la idea de reforma agraria y distribución de la riqueza”, dice Portillo.
En el campo del pensamiento también hubo manifestaciones que determinaron el rumbo de esta ideología. El Dr. habla del peruano José Carlos Mariátegui y de sus Siete ensayos sobre la realidad peruana, y del uruguayo Vivián Trías, discípulo del aquel, que “retoma la bandera de la necesidad de un socialismo nacional”, dice Portillo.
Así como las revoluciones y los pensadores hicieron mella en este proceso, los gobiernos populistas de la época jugaron un papel importante. Es así que gobiernos como el de Getúlio Dornelles Vargas, en Brasil; el de Hipólito Irigoyen, en Argentina, o el de José Batlle y Ordóñez, acá, plantearon la necesidad de un Estado que garantizara una mayor distribución del ingreso y algunas pautas de bienestar. La izquierda queda aislada, ya que “estas expresiones tienen mayor diálogo con la sociedad y ofrecen soluciones a problemas inmediatos”, explica Portillo.
La diferencia entre la primera mitad del siglo y la segunda la marca la Revolución Cubana y, sobre todo, por la figura del Che Guevara, que no solo defiende las ideas de la Revolución, sino que “se proyecta sobre la idea de la construcción de un nuevo individuo que fuera la base de la construcción de la nueva sociedad”, afirma el Dr. En la charla, quedan de manifiesto las diferencias que el pensamiento de izquierda tiene en nuestro continente.
Después de este periplo, Portillo comenzó a mostrar cuáles fueron los inicios de este proceso en nuestro país y deja sobre la mesa de Solo por eso dos ejemplos que lo ilustran: Trías, como el representante del socialismo y Rodney Arismendi, del comunismo.
Finalmente, y como había anticipado en la primera entrega, Portillo habla del proceso de gestación de las izquierdas en China. Marca las particularidades de oriente con respecto a América y Europa. Además, anticipa que la tercera entrega de este ciclo estará destinada a mostrar el presente de esta corriente ideológica.
Los invito a escuchar el audio de este espacio para conocer todos los detalles de estos punteos.
Texto: Paola Melgar
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