Con mil seiscientas firmas, el partido de Pablo Aguirrezabal ─actor, comediante, libretista, músico y murguista─ puede convertirse en una realidad. Viva la Vida es, por ahora, una idea de partido político que tiene como objetivo “un país más humano, más sano y real. No se busca un sueño sino caminar hacia él”.
Aguirrezabal ha sido un participante activo de la política nacional desde su juventud, “me interesa mucho y veo que tengo que involucrarme con la gente que tiene la legitimación del uso de la fuerza, o sea el Estado”, dice.
Ha tenido una fuerte relación con el Frente Amplio, actual partido de gobierno, y algunos acercamientos con otros sectores como el de Fernando Amado, representante del Partido Colorado. Sin embargo ahora siente que debe “ir por un camino distinto. El Frente Amplio es una estructura demasiado fija y con muchas telarañas, quiero una propuesta independiente para escuchar a la diversidad de colores de partidos”.
En la propuesta que presentará el próximo año se verán reflejados algunos principios que él mismo está aplicando a su vida. “Busco un país más humano, más compartido, más sano, y que sea posible; no quiero que quede en un sueño. En esta transición quiero armar una propuesta para ir hacia el país ideal”.
Sus ideas basadas en el amor, el cuidado mutuo y la compasión por uno mismo y por el otro, le pueden traer varias críticas. “En esta sociedad tenemos que manejar números y ciertas certezas, así vivimos”, asume el comediante. Sin embargo aclara que en su parecer si “cuidás la naturaleza y a vos mismo como persona, te volvés alguien mucho más fuerte interiormente, te fortalecés, sanás tus miedos, porque el amor da una fortaleza interior tremenda; te brinda las herramientas para ser más libre y para aceptarte, y al hacerlo te llenas de alegría y de paz”.
“A los que digan que esta propuesta es una hippiada (sic) porque no es segura, porque tenés que pensar en la economía; les digo que si buscan seguridad hay que llenarnos de fortaleza y para eso hay que tener amor”, afirma el posible candidato.
Uruguay mira hacia el norte, “al Banco Mundial, a los gobiernos del Primer Mundo. Dan los números pero está lleno de gente que se suicida, lleno de guerra. Los musulmanes entran por todos lados y ponen bombas y esto va a seguir pasando mientras no tengamos compasión por cada una de las personas en este mundo”.
En cuanto a la propuesta en concreto, asegura que “está abierto a todo” y recalca que no busca “un cuadro de fútbol”. Según el comediante su intención es usar la campaña electoral como amplificador de ideas, “no voy a competir a ver quién gana y sale Presidente”.
Para Aguirrezabal es fundamental mostrarle ideas nuevas a “la sociedad ciega”, como “tener compasión por el delincuente, no encerrarlo sino entender la carga emocional que viene de otras generaciones y que puede llevarlo a actuar de determinada manera sin posibilidad de comportarse de otra. A través de la hipnosis o por medio de los sueños, o con trabajos de procesos, se puede lograr que esa persona deje de hacer daño, curándose a sí misma”.
La metodología de trabajo es simple: la colaboración. “Cada vez que puedo me abro para aquel que quiera acercarse con una propuesta o –mejor─ una crítica, porque busco la desestabilización, no que me pasen una mano por el lomo, soy una parte más de un proceso que está viviendo la sociedad uruguaya y pase lo que pase conmigo, va a estar bien”.
El comediante define su forma de hacer política como “permaculturalista”. La Permacultura es un sistema de principios, que se rige sobre tres pilares fundamentales: el cuidado de la Tierra, es decir, la conservación de los recursos naturales; el cuidado de las personas, esto implica ocuparse de los demás y de sí mismo; y finalmente la repartición justa, que es la redistribución de los excedentes de forma equitativa.
Tiempos de cambio
El año pasado encontró a un Aguirrezabal dispuesto al cambio. Con su banda Perdiendo el juicio avanzó mucho en su carrera musical.
“Fui un mes a clases de canto, trabajé mucho la respiración, me concentré mucho en lo que estaba haciendo. Estoy fumando muchísimo menos marihuana y dejé de tomar alcohol, lo que me hizo muy bien para el reflujo de la garganta, me agradezco a mí mismo el cuidado para cantar de la mejor manera”, declaró.
“El año pasado descubrí una cosa loca que es la compasión, la aceptación de las sombras, entender que cuando algo te molesta sos vos mismo que no lo aceptás, porque eso que te hace daño forma parte de vos, es algo que te está saltando y tenés que resolver”, estimó Aguirrezabal.
“Hay momentos en que castigo a mi Yo del pasado, al niño y al adolescente (…). Esa persona que culpaba a los demás y que pensaba en salir a manifestarse, esa persona es mi sombra. Ahora yo ─que siento que amo a todos hasta al más malvado y que soy capaz de darle un abrazo y agradecerle, de compartir el universo con él─ tengo que entender que ese Yo enojado es lo que me hizo llegar a lo que soy ahora”, dijo.
Leticia Castro
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