El 30 de julio se conmemoró el Día Internacional contra la Trata de Personas, y por primera vez en nuestro país se realizó una marcha para visibilizar la problemática. La convocatoria reunió alrededor de cien personas en la plaza Cagancha, quienes comenzaron a marchar sobre las 18 hs hacia la calle Yaguarón.
Por la calle transitaba una camioneta que acompañaba la marcha reproduciendo en alto parlantes la canción Bella Ciao, el himno de lucha y resistencia antifascista utilizado por los partisanos italianos durante la invasión de la Alemania nazi.
La presencia de las y los participantes no pasó desapercibida, iban marchando con carteles que contenían mensajes como “No a la trata”, “no las desaparecen, las secuestran”, entre otros.
Era inevitable detenerse a mirar, porque además, a diferencia de lo que sucede generalmente, esta marcha se hizo por la vereda.
Al llegar a la esquina de la calle Yaguarón la marcha se detuvo un momento para ordenarse y continuar en dirección al Palacio Legislativo, donde se celebró una conferencia bajo la consigna: “El mundo se une para gritar por los y las que no tienen voz”.
Comenzó la oratoria Sandra Ferrini, presidenta de la fundación Sí a la vida, no a la trata, una organización de la sociedad civil que brinda apoyo a mujeres víctimas de trata.
Sandra es una uruguaya sobreviviente de trata. Desde niña fue víctima de explotación sexual y posteriormente de una red de trata con fines de explotación sexual que la llevó a Europa. Durante la charla, dijo que por mucho tiempo naturalizó su situación y que aún hoy sigue tomando conciencia de la violencia y las privaciones que vivió a lo largo de su vida. Sobre esto, contó una anécdota con su nieta, quien en un encuentro familiar la invitó a jugar a saltar a la cuerda, a lo que ella le contestó que no sabía saltar a la cuerda. Y después la invitó a jugar a la rayuela, pero ella tampoco sabía jugar a la rayuela. Frente a estas negativas la nieta le preguntó qué vida había tenido ella que no conocía ninguno de estos juegos. Y contó Sandra que en ese momento se dió cuenta de la vida que no tuvo.
Otro de los oradores en la mesa fue Luis Pucher, presidente del Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial. En su discurso retomó la historia de Sandra, esta vez reconstruyendo su trayectoria a partir de fragmentos de una entrevista que le había realizado un tiempo atrás:
“Cuando nací mi nombre fue Gladys. Para mi hermana y mi tío, era la Bichi. Para mi abuelo, era mijita. A los 8 años cuando mi madre me empezó a vender era Norita, a los 14 era Norita en Gallinal y Bv. Y fui Nora, la chica de los palos en Bv. y Propios, me casaron con Dante y allí pasé a Paysandú, y de Paysandú a Buenos Aires, y de Buenos Aires a España, y fui Laura, Laura M, Mariela J y Silvia, Silvia, nombre de puta. En Italia fui Laura y en Holanda Marianela, en plena guerra me llevaron a Yugoslavia y de allí a Italia y empecé a ser Sandra, el primer nombre que pude elegirme yo, y ahora y aquí soy Sandra Ferrini y estoy peleando”.
Pucher manifestó que con esa selección de fragmentos de la entrevista quiso evidenciar cómo el proceso de trata va destruyendo al sujeto y que el gran desafío es volverse a construir como sujeto y como ciudadano.
Otra historia que se hizo presente fue la de Yanina Milagros Cuello Baladán, Mili, desaparecida desde el 3 de diciembre de 2016. Su madre, Nancy Baladán explicó que desde ese entonces viene buscando a su hija y que a pesar de su persistencia no ha logrado obtener respuestas de las autoridades. Denunció que hay personas indagadas que no han sido llevadas al juzgado, y que se han solicitado expedientes de personas ausentes que tampoco han sido entregados. Contó también que en su recorrida por el país buscando a Mili, ha podido comprobar que los controles fronterizos no son exhaustivos y que hay fronteras, como la de Salto, que se pueden cruzar con mucha facilidad por la playa.
También hicieron uso de la palabra Monseñor Sebastián Camacho y Nery Guerra del Colectivo Mujeres de Negro.
En sus intervenciones destacaron la importancia de visibilizar la trata de personas y la importancia de esta primera marcha para poner el tema en agenda y celebraron también la creación de la Ley de prevención y combate de la trata de personas, una ley que se votó en 2018, que tiene por objetivo: “la prevención, persecución y sanción de la trata y la explotación de personas, así como la atención, protección y reparación de las víctimas.”
Texto y fotos: Valeria Amaro y Fanny Rudnitzky