El violeta predomina en los labios y en los ojos de miles de mujeres que se manifiestan contra la violencia machista. Los pañuelos del mismo color decoran cuellos, muñecas y mochilas. Desde un balcón, dos señoras saludan con una tela morada entre sus manos, la multitud las ovaciona y les devuelve el saludo con el puño en alto.
Bajo la consigna “Memoria de lucha, día de paro, tiempo de rebelión” a las 19:10 se inició la marcha en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, por la avenida 18 de Julio, desde la plaza Libertad hasta la Universidad de la República, encabezada por integrantes de la Coordinadora de Feminismos del Uruguay.
Varios retratos recuerdan la desaparición de Florencia, Maite, Mili, Mónica, y preguntan ¿dónde están? Otros carteles se hacen visibles: “Dignidad y lucha”, “No estamos solas”, “No tendrán más la comodidad de nuestro silencio”, “No aparecen muertas, nos asesinan”.
Un grupo de mujeres de la Facultad de Arquitectura lleva varios carteles que denuncian situaciones vividas allí: “¿Sabías que, de todos los casos de acoso, solo uno fue resuelto?”, “¿Sabías que nunca tuvimos la oportunidad de votar a una decana?”.
Los reclamos expresados por el movimiento feminista ponen el acento en la violencia de género y en un sistema patriarcal que desacredita la voz de las mujeres. La realización de tareas domésticas y el cuidado de los niños aún sigue sin reconocerse como un trabajo. Al mismo tiempo, la precarización del empleo supone la consolidación de la brecha salarial y la feminización de la pobreza. La explotación sexual y la desaparición de niñas, adolescentes y mujeres deja en evidencia la cosificación de nuestros cuerpos y la violencia sobre nuestra sexualidad.
La marcha se mueve lento. Los cánticos nacen de forma espontánea: “Ahora que estamos todas, ahora que sí nos ven, abajo el patriarcado, que va a caer, que va a caer. Arriba el feminismo, que va a vencer, que va a vencer”. El silencio no permanece por muchos minutos, surgen olas de aplausos que se contagian cuadra a cuadra. Suenan los tambores en manos de La Melaza, así como el caracol charrúa del colectivo indígena del Uruguay.
En la esquina de 18 de Julio, junto al Monumento del Gaucho, se ve la bandera de la Asociación Trans del Uruguay, varias de sus integrantes llevan el pañuelo amarillo en alusión a la Ley Integral para Personas Trans, aprobada en 2018.
El final de la marcha está marcado por la lectura colectiva de la proclama; una rebelión danzarina que busca una sociedad más igualitaria.
Texto: Noelia Rocha
Fotos: Fanny Rudnitzky, Valeria Amaro, Mariana Tenenbaum y Lucía Villamil