El moderno Prometeo o Frankenstein, la novela escrita por Mary Shelley, publicada en 1818, está cumpliendo sus 200 años y Samantha Navarro, en su columna mensual “Divagalia”, nos propuso hacerle los debidos honores.
Este monstruo anónimo que forma parte de la cultura universal quedó vinculado, con el paso de los años, al nombre del científico que en la novela le da vida, el doctor Víctor Frankenstein. Con el pasar del tiempo se han modificado sus características originales en varias ediciones, oficiales y piratas, y en 1910 pasó al cine en su primera adaptación de 16 minutos, producida por Thomas Alva Edison.
Detrás del famoso relato se encuentra la historia de una narradora interesante. Samantha nos cuenta que la escritora Mary Wollstonecraft Shelley, hija del matrimonio entre la filosofa y escritora feminista Mary Wollstonecraft y el filosofo, novelista y periodista William Godwin, toma contacto cercano con la muerte a temprana edad debido a que su madre fallece tras darla a luz.
La niña creció en contacto con publicaciones científicas en una época en la cual la ciencia comenzaba a dar sus primeros grandes pasos en la experimentación y el conocimiento del cuerpo humano.
Por aquellos años se escribía una publicación desde la cárcel, donde se describían los experimentos realizados con cadáveres de los presos que eran ejecutados. Uno de los más famosos y con mayor influencia para la construcción de la novela constaba de dar impulsos eléctricos a un cuerpo sin vida.
Los invitamos a escuchar la primer entrega de esta columna para conocer más de la vida de Mary, sus amores y las peripecias que llevaron al nacimiento de este torpe monstruo que buscaba sentirse bien en un mundo lleno de humanos, pero carente de humanidad.
Continuará…
Texto: Tom Moreno
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