Luego de haber estado en la presentación de varios trabajos de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, para la octava entrega de su columna Andrés Pampillón propone reflexionar sobre el futuro del mercado laboral en nuestro país pensando en los próximos años.
Ante este escenario y de las conclusiones de la presentación surge un tema tan relevante como delicado cuando de evaluar el panorama actual y proyectar el futuro se trata: la brecha de género directamente emparentada con el mercado de trabajo, asunto que “empieza a ser un imperativo económico para la sociedad uruguaya”. De este modo, comienzan a aparecer elementos de carácter estratégico para nuestro desarrollo como sociedad, los cuales se vinculan directamente con la eliminación de esa clase de inequidades.
En este contexto, no debe desatenderse un fenómeno que no es nuevo en Uruguay (como tampoco lo es en otros países del mundo que presentan cierto nivel de desarrollo): el envejecimiento que presenta la sociedad, la baja tasa de natalidad y la postergación del inicio del proceso reproductivo, como consecuencia de la realidad de gran parte del género femenino, que permite que las mujeres dediquen más años a su formación profesional y, por ende, tengan un mejor acceso al mercado de trabajo.
De más está decir que, sumado a dicho envejecimiento poblacional, entra en escena la problemática de la seguridad social, elemento que hace rato preocupa a autoridades encargadas del tema. Incluso si se mira desde ese punto, la eliminación de la brecha de género aporta su granito de arena. “El lugar para expandir eso es por el lado de las mujeres”, asegura Pampillón al plantear esta realidad. Pero, pese a todos estos datos halagüeños para las mujeres, no deben olvidarse ciertos puntos que pueden estar siendo dejados de lado o, dicho de otro modo, la existencia de sectores en los que la mujer está lejos de ver consagrados sus derechos.
Otra de las preguntas aparece cuando se piensa en el papel de los sectores conservadores frente a la ola emancipadora en pos de la conquista derechos que está llegando a un porcentaje considerable de mujeres. Independientemente de que exista una contradicción o no al avalar las prácticas que deberían ser inherentes a cualquier ser humano, en la columna se desliza la idea de un “corrimiento” en esta temática. Para Pampillón, se trata de un “golcito para la batalla cultural”.
Sobre el final, hay elogios para la aplicación de una metodología que, usada con seriedad, permita conocer los posibles escenarios a futuro y diseñar políticas que se ajusten a los requerimientos del momento.
Si querés conocer de manera detallada los otros aspectos que fueron abordados en esta Brocha gorda, te invitamos a escucharla.
Texto: Facundo Berterreche
Foto: http://bancodeimagenesgratis.net
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