Bandas que participaron en el evento: Lynces, Los Dinámicos, T8ny y los Montana, Sony chiba, Los Reverb, Los Ultraman y Los Supersónicos.
En plena tarde, en una esquina icónica de la ciudad (Durazno y Convención) tuvo lugar un festival que ya se ha convertido en un clásico. El equipo periodístico de Radio Pedal se hizo presente cuando el reloj marcaba las 19.30.
Vestidos con camisas multicolores y gracias a un humilde viático proporcionado por la emisora, obtenido luego de varias reuniones con la comisión de Administración y finanzas, nos dispusimos a cubrir el evento, que reúne a las bandas uruguayas que surfean las picantes aguas del género.
El sol caía y bañaba con sus restos de luz las calles que, sin quererlo, emulaban las empinadas cuestas de California. De un lado, Durazno y Convención sin El Jaime; del otro, el dique Mauá sin López Mena. Nos propusimos invertir lo poco que teníamos en una cerveza para ir poniéndonos a tono con la juventud.
Mientras bebíamos, mirábamos con curiosidad el armado de un inflable que, con el correr de las horas, funcionaría como guardería para les niñes y para los grandes con ganas de divertirse.
Cuando reaccionamos, Los Lynces ya estaban dejándolo todo subidos en el escenario: banda a la que le queda chico el rótulo surfrock. Con la batería en golpe seco, riffs directos, un bajo con la presencia propia del postpunk y punteos muy veloces, empezaron a mover al público, que se agrupaba lentamente.
Mientras tanto, niños jugaban en el inflable, que emulaba una ola con una tabla de surf inserta en el medio, con la misma dinámica del toro mecánico. El público a esa hora rondaba el centenar.
Los Dinámicos, montados en el estrado con vendas en la cabeza, al mejor estilo momia, dieron paso a un surfrock que fusiona su más típica expresión con acordes que rememoran a Led Zeppelin y un teclado que de a ratos reproducía sonidos de videojuego: un “Simón dice” pero loopeado.
El Tundra bar, sede y organizador del evento, contó con bastantes parroquianos en sus instalaciones: mesas en la vereda, gente sentada en el cordón, contra un árbol o intentando atar una bicicleta por ahí. Cuando el equipo periodístico de Radio Pedal se acercó a consumir una bebida refrescante en formato litro, solo quedaban latitas de cerveza de 250 cc en las existencias del comercio. Esto evidenciaba que íbamos a reiterar el refrigerio pronto.
Al volver del bar, los integrantes del equipo encargado de la cobertura (bajo los efectos del bajón de cannabis estatal adquirido en farmacia) sufrieron un arrebato de hambre, sucumbieron ante la idea de trasladarse a otro lugar de comidas que se encontraba a unas cuadras del evento. Con un vale, negociaron dos porciones de muzzarella y una cerveza, con lo que aplacaron el apetito voraz y súbito.
El objetivo era claro: comer y volver al trabajo, pero lamentablemente los corresponsales pedaleros se vieron enfrascados en una discusión intrincada sobre el fiscal Stornelli, D’Alessio, Carolina Cosse, el panóptico de Sartori y la citación de Giovanni González (player mirasol) al seleccionado mayor.
Al recibir un llamado de las autoridades del multimedio para confirmar presencia en el evento, caímos en una paradoja espacio-temporal, de esas que te arrugan la panza, típica de aquel laburante que es hallado en su domicilio en momentos en que debería estar cumpliendo horas laborales. Situación que jamás será vivida por parlamentarios.
Se le pidió la cuenta al mozo, y que envolviera los restos de pizza, ya fríos. Retornamos al festi por la rambla haciendo frente al viento de la costa. Al llegar, Los Reverb finalizaban su repertorio y uno de nosotros fue enviado para intentar recabar información de las bandas que habían ejecutado su música durante nuestra ausencia.
En el trayecto fue interceptado por parte de elementos de AEBU, que más que pedirle los documentos, lo instaron amablemente a participar en la transmisión que Radio Camacuá estaba haciendo desde el lugar de los hechos. Según declaraciones de los colegas radialistas, T8NY Montana y los Sony Chiba habían sonado de la mejor manera. Y lo que pudimos observar de los Reverb fue su puesta en escena, acompañada por una bañista caracterizada con un traje de la década del 40.
Entre el público que se agolpaba frente al escenario entre banda y banda, comenzó a circular una tabla de surf que tenía en su lomo la inscripción del FestiSurf. La bañista fue la primera que se animó a subirse, surfando una ola de brazos que transportaban la tabla por encima de la multitud. A ella le siguieron varios espectadores que se animaron al desafío.
A continuación, subieron a tocar Los Ultraman, banda que se ha convertido en una de las referentes del género, con un batero despegado que suma a los ya conocidos golpes que caracterizan al sonido surfero, fuertes nociones de jazz. Hay personas entre el público que reconocen temas del grupo como sus canciones favoritas. A puro baile y mucha surfeada en el pogo, se les dio paso a los Supersónicos, que cerraron esta fiesta popular.
De la mano de los hermanos Lagos, este conjunto, fundado en 1990 y con nueve discos editados, es el mayor referente de este estilo musical en el Uruguay. Versiones surf de “Durazno y Convención”, “El mangangá amarillo” y “Borracho pero con flores” sonaron en el festival. Temas del cancionero popular, con una pincelada de Dick Dale, que hicieron que muchos jóvenes se encontraran cantando temas que jamás cantarían en su versión original.
No hubo bises por parte de la última banda, que alegó la amenaza de una multa municipal y bregó por el cuidado de esta fiesta que ya lleva cinco años consecutivos en la ciudad de Montevideo. Así, el equipo periodístico de Radio Pedal dio por terminada su labor de cronistas esa noche: festejando con unos merecidisimos frankfurters que se vendían en un carrito situado en las inmediaciones del escenario. Mayonesa, picantina y papas pay completaban el menú, suculento y compañero del bolsillo de los asistentes. Pedimos disculpas a los responsables financieros del multimedio, por no poder presentar las facturas correspondientes.
Texto: Tom Moreno y José Luis Rodríguez
Fotos: Matías Britos