En 2016 surge en Uruguay el Movimiento Anti-Represión (MovAR) mediante el cual un grupo de diversos jóvenes de izquierda, estudiantes y egresados de Secundaria y de la Universidad de la República, llevan adelante espacios de reflexión y acción en torno a la problemática represiva, con especial énfasis en la situación que enfrentan los adolescentes. Roberto Soria, integrante del movimiento, visitó Colectivos para compartir información sobre el tema.
La consolidación del grupo se da a partir del acercamiento de integrantes del colectivo Pensamiento Penal y Criminológico, de la Facultad de Derecho —espacio de discusión teórica sobre derecho penal— y de diversos intercambios con la agrupación gremial Frente de Participación Estudiantil Susana Pintos, con quienes comparten una visión cercana y realizan aportes desde una vertiente práctica del fenómeno. De esta manera, logran complementar sus discusiones con elementos teóricos y prácticos.
Actualmente, participan unas 20 personas de manera activa, con edades que oscilan entre los 16 y 31 años. Desde sus espacios de intercambio debaten sobre las políticas represivas y buscan replicar lo trabajado en otros ámbitos para llegar a más personas, haciendo hincapié en la necesidad de que las bases se involucren en las decisiones que se toman a nivel de política criminal. Roberto comentó que existe consenso en el colectivo sobre la importancia de que sean los protagonistas quienes participen en los intercambios.
En el marco del acuerdo interpartidario sobre seguridad que convocó a integrantes de todos los partidos políticos del país el año pasado, se profundizó en líneas comunes de política criminal, entre ellas, el Código de Responsabilidad Infraccional Adolescente (CRIA). Esta situación preocupa al colectivo porque consideran que representa un plan alternativo para conseguir penas que no se pudieron conseguir bajando la edad de imputabilidad.
Roberto explicó que el CRIA “detalla específicamente los aspectos penales de las conductas de los adolescentes tendiendo a aumentar las penas, hacia un sistema similar al de los adultos”, y agregó: “El gobierno del Frente Amplio con sus prácticas punitivas no es un gobierno de izquierda”.
Para MovAR el “populismo penal”, que se configura desde el sistema político para atender las demandas de la ciudadanía, se ve favorecido por la influencia de los medios de comunicación. Su crítica al gobierno en este punto es explícita en tanto consideran que ser de izquierda implica poder pensar estas políticas a largo plazo, poniendo especial énfasis en pensar qué tipo de instituciones se quieren para el país, desde una perspectiva que interpele la agenda mediática.
El colectivo cree necesario ahondar en la discusión desde el punto de vista legal, ya que el derecho es el espacio que configura el accionar de las instituciones. Roberto aseguró que debe darse una batalla técnica desde este escenario y agrega que para ello hay que romper con el carácter elitista que implica el lenguaje jurídico. Sobre este punto, el estudiante de abogacía consideró fundamental construir una poética de la traducción: “Trabajar un poquito el lenguaje y hacerlo accesible a la ciudadanía”.
MovAR, desde el pienso y el accionar, busca instalar actividades democratizadoras que integren a la ciudadanía en la construcción de alternativas a las políticas de seguridad pública actuales. Las puertas del colectivo están abiertas para nuevos aportes, desde la pluralidad de visiones y experiencias.
Texto: Colectivos
Imagen: Rebelarte
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