La moda que no deteriora

Andariega Hemp es un colectivo de mujeres que se dedica al diseño textil e indumentaria bajo una ética ambientalista. Charlamos con tres de sus integrantes, Victoria Olivera, Camila Cordini y Valentina Ferreira, acerca de la importancia de una industria consciente en el mundo de la moda.

Compuesto por cinco amigas, Andariega se desarrolla como cooperativa en el marco de Incubacoop (proyecto de incubadora de cooperativas realizado por el Instituto Nacional del Cooperativismo, la Confederación Uruguaya de Cooperativas y el Ministerio de Industria, Energía y Minería) y su lugar de trabajo es en el espacio colaborativo público Enlace.

El proyecto inicia con la idea de producir textil de cáñamo, proceso complejo de plantación y producción que aún no está culminado, por esto momentáneamente obtienen las telas importadas de Estados Unidos en el formato de “scrap”, piezas de diferentes texturas (blandas, rígidas, pesadas, livianas) y tamaños. Sin perder el enfoque en la producción del textil de cáñamo como metas del colectivo, se propusieron presentar el proyecto al Parque Industrial de Juan Lacaze en el departamento de Colonia, con el objetivo de utilizar maquinaria allí existentes que el colectivo necesita y no tiene. La idea es reforzar la industria textil nacional que hoy día es prácticamente nula.

Andariega Hemp produce también a partir de prendas ya confeccionadas, reciclando y fusionando con textiles de cáñamo los diseños creados por ellas o a pedido de los clientes. Esta acción es parte de la conciencia que convoca el colectivo para combatir los hábitos del “fast fashion”, concepto empleado al consumo compulsivo de ropa que ignora la cadena de producción de grandes multinacionales textiles.

A propósito, Valentina cuenta: “Una remera tirada en la intemperie puede demorar mínimo unos 20 años en desintegrarse, lo más alarmante es que cada 250 gramos de algodón producido, hasta que culmina en una prenda única, se gastan 2900 litros de agua”.

Estas cifras además de alarmantes develan que el costo de la ropa en la tiendas no coincide con el valor real de cada eslabón, desde los transgénicos que se utilizan para la producción de algodón, la contaminación por los tóxicos empleados para el teñido y texturas, la “mano de obra barata”, los desperdicios en la confección, la falsa sensación de poder al acceder a mayor cantidad a un bajo costo.

Los métodos para diseñar textiles respetando el medio ambiente existen y el colectivo no se queda por fuera de la tecnología orgánica. El ecoprint es una técnica de estampado que se realiza ubicando varios tipos de hojas sobre textil de fibra vegetal, mediante un proceso de cocción con minerales nobles se desprenden los pigmentos naturales dando color y diseño a las telas. Camila explica: “Esta fórmula natural es interesante porque la intervención de quien la manipula no determina el resultado final sino que escapa del control humano, esta es la alquimia del proceso, la sorpresa de no saber cómo va a quedar” y agrega: “Lo más importante de la técnica es que lo residuos pueden volcarse en el suelo y no contaminan”.

Andariega práctica cotidianamente el diseño a través de procesos naturales, aprenden de los talentos particulares y el intercambio. Ser pacientes, amar lo que hacen, cuidar el medio ambiente y producir prendas únicas e irrepetibles son el valor agregado al momento de adquirir una creación del colectivo.

Para comunicarse con Andariega Hemp, acceder a sus productos y/o solicitar encargos pueden visitar su fanpage.

Texto: Colectivos

Imagen: Enka ilustración

Escuchá la entrevista completa aquí:

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