Juan se fue a los 18 años con su familia, en plena crisis de 2002. Acá, en ese momento tocaba con Gonzalo Redín, de Los Prolijos, en plena adolescencia. Luego, allá en Nueva York, se consolidó como músico. “Soy muy hiperactivo, y siempre tengo una ilusión, siento que en la vida está todo mal y está todo bien, siempre voy para adelante con lo que me toca vivir”. Así llegó Juan a Nueva York, donde se sintió siempre local sin dejar atrás nunca su pasado montevideano. Su primera banda se llamó The Beets. Según Juan, esa banda refleja la actitud que tiene él hoy en día. En el barrio “había muchos inmigrantes y yo era uno más, éramos todos iguales, no nos veíamos como diferentes […] Me encanta Nueva York pero me cuestioné si era mi lugar, entonces hice un viaje por Latinoamérica para darme cuenta de que realmente lo es, también gracias a mis padres”, remata. Juan se crió escuchando la música de su padre, que lo influenció hasta el día de hoy, más allá de la música que escucha actualmente en Queens, nadie lo juzga y eso hace que no pierda su“uruguayés”. La onda de Juan Pablo es el nuevo disco de Wauters, que sale en enero de 2019. Siente que tocó algo divino, se pone en un pedestal, porque salió en un viaje sin saber cómo iba a ser esta experiencia, grabó canciones en Puerto Rico, México, Buenos Aires y Montevideo. Buscó lo típico de cada ciudad, fue una búsqueda tremendamente difícil. Él, con su portaequipajes, logró el sonido de la calle —lo que siempre le importó más para hacer este disco, lejos de la estructura de un disco común y corriente—. Sobre su accionar en el idioma inglés, cuenta que el barrio lo aceptó de una, y consiguió rápido un inglés fluido y libre. Hablaba ambos idiomas de manera perfecta. “A pesar de que éramos muchos inmigrantes en el barrio, todos hablamos inglés”, cuenta. “Yo me considero músico, pero a la vez es un proyecto de vida que llevo”, dice sobre su último disco en que logró conectar con un montón de gente; y, gracias a su música, ha recorrido América y el mundo. También cuenta que con el correr del tiempo ha logrado sentirse muy contento donde está. “Hay una energía en el mundo que es necesario rescatar, lo lindo siempre existe”, remata. Hoy, vuelve a tocar en Uruguay por segunda vez en su carrera. Había tocado gratis ya Hall Central (un show íntimo e inolvidable para los que estuvimos presentes). Para Juan, tocar en Montevideo es algo diferente, la gente entiende el motivo y lo apoya como persona, algo tan distinto a Nueva York, donde lo único que lo une es la convivencia en el lugar. “Somos todos muy diferentes pero eso está buenísimo igual”, comenta. “Yo soy feliz porque hay un grupo de gente que me apoya, no puedo decir más, me emociona mucho porque le toco a Uruguay y a la presencia de mi familia acá”, dice Juan. “Yo voy a dejar todo en el escenario y la gente va entendiendo que todo va mas allá de la música y se genera un espacio con mis canciones y es un momento en común con todos que es único e irrepetible”. La mayor parte del show será Juan con su guitarra, más allá de que va a tener varios invitados arriba del escenario, y con varios amigos. “Glorifico lo humano en la música dando espacio al error […] me gusta caminar sobre la cuerda floja, nunca me gustó tocar en una banda que suene sobre los parámetros de la vida occidental”, aclara. “Al final del día somos humanos”. Pese a haber recorrido el mundo, lo más loco que le pasó en la vida fue tocar por primera vez en Uruguay, “ahí se cerró una etapa”, comenta. “Cuando yo llegué acá, la guitarrita era mi hobbie, estoy tratando de cuidar que no se me vaya a los parámetros de un trabajo normal de la vida moderna donde a muchos les toca vivir así y que me vuelva al lugar del que yo fui desarraigado”, comenta. Sus visitas a Latinoamérica le desnudan un ambiente donde además del público común que lo sigue de Nueva York ha descubierto que en estas latitudes tiene una muy buena congregación de público hispanoparlante. Parte de su gira por Latinoamérica incluye más de 14 conciertos en distintos lugares del continente. Cerca del final, hablamos un poco de la su pasión futbolera. Dejó en claro su admiración por la selección uruguaya y también por Defensor. “Me encanta el ejemplo que dan los jugadores de Uruguay ahora, son tremendos ejemplos de persona, tienen un don y lo explotan lo más que pueden, han dejado todo”, dice. Sobre el final de la entrevista, Juan contó alguna que otra anécdota sobre su carrera, se quedó charlando en off  por varias horas y nos deleitó en vivo con varios adelantos de su próximo disco, La onda de Juan Pablo, que verá la luz en enero de 2019. Hoy, jueves 6 de diciembre, a las 21.00 hs, Juan Wauters se presenta en vivo en La Trastienda, desde este humilde espacio los invitamos a ver un show único e irrepetible. Agradecemos a Juan, por toda la onda, no podemos más de la emoción por haber tenido un músico de tanta trayectoria a nivel internacional en nuestro programa. Les dejamos acá otro adelanto de su nuevo disco (sí: lo tocó en vivo en Sapos de otro pozo).   Texto: Dario Larmini Fotos: Fanny Rudnitzky y Lucia Villamil  

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