Una danza solidaria para que docentes de secundaria no pierdan sus trabajos

En estos tiempos de incertidumbre e inestabilidad se vuelve más necesario aún estar atentas a las distintas situaciones de vulnerabilidad que se puedan estar transitando. Llena de entusiasmo descubrir que diversas formas de solidaridad están surgiendo según las urgencias que se nos presentan. Cuando trabajadoras y trabajadores pierden su condición de trabajadorxs, la solidaridad debe tomar forma colectiva de insistencia y resistencia para evitar que eso suceda.

En una carta redactada por docentes de Expresión Corporal y Danza de Bachillerato Artístico (docentes categoría IIIB) publicada en el el  Boletín digital ADES mayo 2020, se manifiesta la existencia de un conflicto complejo que, de no resolverse, derivaría en la pérdida de trabajos, que resulta de la omisión de distintas instituciones. 

En 2008 comenzó a dictarse la asignatura Expresión corporal y danza en Bachillerato Artístico. Lxs docentes integraron las listas para dictar esa materia a través de llamados a aspiraciones por méritos, modalidad que reconoce la formación y experiencia en instituciones públicas y privadas y la trayectoria artística profesional. Luego de 12 años, lxs docentes siguen siendo interinxs, ya que nunca se realizó concurso para lograr la  efectividad (aunque la asignatura sea curricular y específica).

En 2015 inicia por primera vez la carrera de Profesorado de Danza en el Instituto de Profesores Artigas (IPA), cabe señalar que hace dos años que no reabre sus inscripciones. En el plan de estudios de esta carrera se estableció la realización de una  homologación (que implicaría el reconocimiento dentro del sistema de escalafones de la experiencia y conocimiento de aquellxs docentes no egresados de IPA), que, como tal, nunca existió. Lo que se realizó por parte del Consejo de Formación en Educación (CFE) en 2018 fue un reconocimiento de competencia notoria en enseñanza en Danza para docentes de instituciones públicas y privadas que cumplieran determinados requisitos. Este reconocimiento en el ámbito de secundaria solo tiene valor o mérito si se realiza un  llamado a concurso por efectividad (llamado que no ocurrió aún, luego de 12 años de funcionamiento de la orientación artística y la materia Expresión corporal y danza). 

Previendo los egresos de la carrera de danza del IPA, en que en el último año lxs estudiantes tienen un grupo a cargo en el sistema para cumplir con las prácticas exigidas, el colectivo de docentes de secundaria involucradxs en este conflicto realizó varias acciones (con apoyo de la Asociación de Docentes de Educación Secundaria -ADES- de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria -FENAPES- y de la Asamblea Técnico Docente) y solicitó un llamado a concurso por efectividad, con el fin  de generar condiciones más equitativas. Se realizaron distintos encuentros con consejerxs y autoridades del Consejo de Educación Secundaria (CES) , el Consejo de Formación en Educación (CFE) y el Consejo Directivo Central (CODICEN), que no derivaron en resultados concretos.

El año pasado, lxs estudiantes de cuarto quedaron automáticamente primeros en la lista que ordena a lxs docentes para elegir horas de trabajo en secundaria. Quedaron por encima de docentes de 12 años de trayectoria, algunxs incluso fueron sus docentes adscriptorxs (con quienes  realizan las prácticas docentes) y sus docentes del IPA (quienes asimismo trabajan en secundaria y forman a estudiantxs en la carrera). Este año se sumaron lxs recién egresados de la carrera. Algunxs de lxs que integran la lista de docentes quedaron fuera del sistema, esto supuso la pérdida de la fuente laboral, la pérdida de cobertura mutual y la interrupción de la antigüedad. En el correr de los siguiente años, de no existir llamado para concurso por efectividad, se prevé la pérdida total de la fuente de trabajo de entre 30 y 40 docentes. Incluso de lxs que hace doce años que trabajan en el sistema y de quienes son docentes de lxs actuales y futurxs estudiantes de la carrera. 

Resulta evidente que no se trata de reducir este conflicto a la discusión de si los estudiantes tienen derecho o no a tomar esas horas, lo central aquí es rechazar que por este hecho docentes de 12 años de trayectoria (que cuentan con un certificado emitido por el CFE por formación y experiencia) pierdan su trabajo. Este no es un conflicto entre estudiantes y docentes, este es un conflicto generado y perpetuado por la institución, y es esta quien debe garantizar una solución que respete los derechos de todas las partes involucradas.

La danza en nuestro país ha sido históricamente ignorada en apoyo estatal e inserción institucional. Al ensayar una posible respuesta podemos pensar que quizás esto ha sucedido por su relación con el cuerpo, lo efímero, lo sensible; por ser una experiencia inapreciable en su totalidad desde la perspectiva del conocimiento legitimado y ¿por qué no?, por ser un arte ejercido predominantemente por mujeres y gays. En estos últimos años, esto ha cambiado: el sector de la danza a partir del compromiso con su desarrollo y en articulación constante con instituciones estatales ha conseguido afianzarse, lograr apoyos e inserciones dentro de estas instituciones, crear cursos, carreras, fondos, lo que derivó en la creación de  nuevas fuentes de trabajo para el sector. 

La situación de la danza en instituciones educativas es resultado de constantes luchas del  sector por la inclusión de conocimientos y experiencias que permiten el acceso a una formación que no está prevista en las prácticas de enseñanza tradicionales y que brinda nuevas posibilidades sensibles y críticas a estudiantes y docentes. Son lxs trabajadorxs de la danza quienes han conquistado estos espacios y muchxs de ellxs viven la precariedad laboral y la constante necesidad de justificar sus labores. La danza en la actualidad es un campo de conocimiento, de acción social y político que se presenta como oportunidad para transitar experiencias críticas que aporten a los modos de vida que compartimos, reproducimos y producimos. 

La danza fue capaz de conseguir logros fundamentales en momentos en donde no tenía anclaje en las instituciones para poder negociar de institución a institución. Podríamos pensar que actualmente está en mejores condiciones para pedir soluciones a las instituciones involucradas en este conflicto.

Quizás sea momento de que el sector se una para apoyar las movilizaciones que lxs trabajadores de secundaria vienen realizando, articulando acciones solidarias para defender los puestos de trabajo de compañeras y compañeros, garantizar la reapertura de los cursos de formación docente en Danza e insistir en la necesidad de crear nuevas posibilidades laborales y de formación dentro del sistema educativo.

Texto: Cecilia Graña y Federica Folco

Foto: Maia Mendez / Bailando la Palabra

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