Inquietas, lenguas sueltas, bastante irreverentes y manejando un humor muy dudoso, volvimos al aire con otro plato de polenta porno.
¿Se puede ser feminista y estar a favor del porno? ¿Se puede ser feminista y estar en contra del porno? ¿De qué porno hablamos?
Como producto cultural, no son lo mismo las producciones de la mega industria del porno mainstream que las perfo de activismo post-porno, punk y disidente. No es lo mismo el fenómeno Playboy, moldeando una nueva masculinidad global, que un documental de “activismo tullido” que se pasa en algún encuentro disidente y se cuelga en plataformas del internet under.
Quienes trabajan actuando en películas porno pueden encontrar un buen modo de ganar plata (y en principio sólo a ellxs les cabría la decisión de dónde poner el cuerpo), o pueden encontrarse engañadxs y expuestxs sin tener dónde o cómo reclamar. Pero… la precarización laboral, los contratos abusivos y lxs jefxs de mierda, sabemos bien, son el mundo del trabajo capitalista.
Porno puede ser también literatura; relatos, novelas de ciencia ficción, poesía, un buen mensaje de WhatsaApp. Todo eso nos puede calentar, de modo explícito, directo y sin pudor, alimentando nuestras fantasías y afectándonos corporalmente.
Para seguir polenteando
Web de Helena Torres https://helenatorres.wordpress.com/
Web de Dorothy Allison https://www.dorothyallison.com/
Documental Yes, we fuck! https://vimeo.com/yeswefuck
Libro Pornotopia de Preciado
https://libroschorcha.files.wordpress.com/2018/06/pornotopia-beatriz-preciado.pdf
Serie Documental American Playboy the Hugh Hefner Story (trailer)
Texto y foto: Revolviendo la polenta