Agustín Gardil y Stephanie Martínez se presentan de otra forma: son Tin y ET. Ellxs son la base de Versos Opuestos, un grupo de música popular de raíz folclórica, con composiciones propias que recorren especies musicales como la milonga, chacarera y carnavalito. Ahora nomás, en muy poco tiempo, Versos Opuestos lanzará su primer disco.
Tin y ET se conocen y hacen música juntos desde que cursaban bachillerato artístico en Paysandú. Cuando llegaron a Montevideo (el movimiento fue para estudiar), decidieron hacer algo con su lazo musical y empiezan a hacer covers. De a poco fueron encontrándose con la sonoridad latinoamericana para después hacerla propia en sus composiciones.
Reconocen el efecto poético y musical de traer consigo el paisaje sonoro y afectivo sanducero: libre, el verde, los caballos, los árboles y pájaros, la escasez de edificios, el silencio, la capital y el urbanismo hizo brotar otras sonoridades, otras músicas, que “suenan a ciudad”.
La incorporación de Emilio Orsi, quien estuvo dos años en la banda, sumó percusión a la formación original de acordeón y guitarra, afirmó un sonido folclórico, dio paso a la fusión y al sonido más urbano. Presentarse a la Movida Joven en el año 2016 significó asentar el proyecto, delinear la identidad. Allí realizaron las primeras maquetas en este formato de trío y eligieron el nombre de la banda. Dejaron que el azar jugara su parte: con Siddhartha de Hermann Hesse en una mano y en la otra Manual para el estudiante de metafísica, abrieron los libros para ver qué nombre sugerían si apoyaban el dedo en cualquier palabra de cualquier página. En Siddhartha apareció “versos”, en el manual apareció una palabra que no les resonó, pero bien cerca de esa estaba la palabra “opuestos”. Versos opuestos se lanza a la exploración de su suerte y va viendo lo que más le combina.
Las canciones hablan de campo, de espacialidad, de entorno, de ir y venir, de “vamos”. Las canciones brindan imágenes. Ahora, en el proceso de producción del próximo disco, dedican especial atención a aquello que quedará registrado. Grabar es, de algún modo, volver a sellar algo de la identidad. “¿Qué estamos diciendo acá?” Desde que Versos Opuestos decide volcarse al formato canción, y no tanto a un desarrollo musical donde el texto acompaña, el enfoque de la creación se modificó en pos de enriquecer también lo que están diciendo con palabras.
Los incentiva el desafío de encontrar respuestas en la propia música. Abrirse a estilos nuevos que no habían aprendido antes. Dio paso a la pregunta de cómo es posible resolver sus intenciones a través del canto, con los instrumentos. La música comienza entonces a transformarse, se crean recursos, se mezcla con lo que ya traen. En este sentido, la grabación del disco viene siendo también un momento de investigación en sonoridad, afinación, instrumentos y deseos. La música va necesitando y pidiendo.
Las referencias sanduceras son el rock and roll de los amigos. La familia de ET cuenta con músicos que la acompañaron en sus comienzos y estudios. La adolescencia fue de blues y rock. Lo que está en el aire, lo que trajo el mundo digital y lo que la ciudad les animó a encontrar, va entrelazándose con los ritmos que ya traen, se encadenan, los invita a la profundización, a irse al hueso y pulir. Les interesa el folklore, la baguala, los estilos dentro de los estilos. Tin opina que están pasando cosas en Uruguay. Hoy, 2019, hay un viraje hacia sonoridades más acústicas, mezcla del folklore con canción libre. El mundo acústico aparece en el círculo, abriendo nuevos canales de exploración y encuentro musical.
Guitarra y piano van juntos. ET y Tin son la locomotora. El disco está ahora encontrándose en la cabina con cinco percusionistas invitados. Luego llegará el contrabajo. Y por último las voces y coros. La búsqueda está en hacer cantar a mucha gente, que esté presente el espíritu, la fuerza de cantar en colectivo. Que quienes canten sean amigos y amigas.
El disco ya tiene nombre. Tin y ET abren preguntas hacia los oyentes, hacia las entrevistadoras. Así como con su música, se animan a escuchar posibilidades en las posibilidades para tejer colectivamente. El disco se llamará Vaivén. ¿Se llamará? Un ida y vuelta adentro afuera, raíces copa, sonido palabra, un ida y vuelta que contenga la fuerza que contempla el todo.
Antes de compartir música, el ritual de Versos Opuestos es el abrazo y el silencio. Nosotrxs, mientras, nos quedamos en la pausa de la espera.
Texto: Valentina Britos
Foto: Versos opuestos