Clara Barone, Valentina Britos y Pilar Roselló formaron este año “Beba”, algo difícil de definir, incluso para ellas. “Beba es creación de episodios, intervenciones, piezas sobre espacios que nos convocan”, aventuraron a explicar las integrantes del grupo.
Beba no se puede encasillar en ninguna de las expresiones artísticas que se conocen, se puede tratar de entender como una “experimentación escénica” que nació hace poco y que está en continuo desarrollo.
Las integrantes son, ante todo, amigas: Valentina y Pilar, actrices y psicólogas; Clara, bailarina; a punto de recibirse de lo mismo.
Beba comenzó sus performances en el Cine Universitario, con el ciclo de películas de Almodóvar el invierno pasado. Durante la proyección de la película La mala educación, intervinieron la sala Chaplin durante 20 minutos, habiéndose preparado por dos semanas. “A partir de allí, surge esta cosa amorfa que es Beba”, explicaron.
Todas sus actuaciones “se apoyan en lo autobiográfico, no se trata de episodios de nuestra vida, pero no pasamos por alto el hecho de que somos amigas y que compartimos muchas cosas”, detallaron. “Cada una pone su vida, y entre las tres se va escribiendo, según qué va surgiendo, lo que se va deseando; es un poco caótico porque además siempre hemos tenido un cuarto integrante diferente que se suma a la actuación”, agregaron.
Incluso surgió un nuevo concepto: inconsciente teatral, que trata de ponerle un nombre a eso “que mueve, ideas que sobrevuelan lo actual, que, a su vez, en algún momento confluyen y se constituye en la performance”, desarrollaron.
En el resultado de la pieza también se toma en cuenta “la información que dan el espacio y el tiempo de lo que se interviene; hemos aparecido en una venta de garge de una casa que estaba por demolerse, ahí se tomó eso para crear una pieza de danza que estaba relacionada”.
En este proceso lo único que tienen organizado son algunos roles que surgieron. Clara es la productora, porque naturalmente fue quien consiguió los lugares donde actuar, Valentina se desarrolló en la escritura, con lo que hacen la difusión por las redes sociales, y lo que se usa como guía para la obra, porque también se busca que no sea total improvisación, “que la historia no empiece en el minuto cero de la performance”.
Las integrantes concuerdan en que están “rompiendo con los esquemas teatrales, sin moverse en ninguna esfera artística”, simplemente van “por un camino, casi accidental, recién descubriendo la identidad de Beba”.
Texto: Leticia Castro