Avalancha tanguera, es un grupo de personas que desde hace quince años se organizan para compartir el baile del tango.
María José Solari y Juan Pablo Mirza son dos miembros del colectivo que definen su aniversario como “quince años de abrazos”.
Para Mirza son “quince años de vida ininterrumpida, que se transformaron en movimiento social con más de 300 personas” y agregó que “en tiempos donde participar cuesta esto es un logro”.
Según el bailarín, que forma parte de la agrupación desde sus comienzos, “el tango es el factor de unión y un potencial que debía ser canalizado, por eso surge la primer casa colectiva en la calle Isla de Flores (Barrio Sur) y luego los grupos, para salir del esquema profesor-alumno, y pasar a un mecanismo donde todos podían compartir lo que sabían”.
Solari cree que “eso es lo que tiene de interesante Avalancha: la apertura a todo el mundo sin ninguna discriminación de género, edad o religión. La invitación a compartir desde otro lugar que no sea el cotidiano”.
Para que el movimiento siga vital después de quince años de actividad es fundamental “la visibilidad de los grupos”, explicó Solari. La bailarina cree que “dar a conocer que no es algo complejo, simplemente alcanza con dejarse llevar y poder ser parte”.
La artista ha concurrido a varios centros educativos donde demostró que “los gurises cambian todo el sentido que tenían del baile porque está estigmatizado en una franja etaria, hay que ayudar a que se den cuenta de que no es tan difícil y complejo como se piensa”.
La forma en que el colectivo ganó renombre fue gracias a “las avalanchas callejeras”, detalló Mirza. Estos movimientos implicaban un grupo de bailarines que se ponían a actuar en medio de ferias o lugares públicos e invitaban a la gente que se juntaba alrededor a bailar.
“También tomamos ideas de la educación popular donde cada uno comparte lo que sabe, porque tenemos muchas cosas para intercambiar, si partis de esa base cualquiera puede abrir un grupo y generar actividades de ese tipo”, detalló Mirza.
El punto más complejo según el miembro fundador es “mantener a los coordinadores de grupos” porque “solo trabajan si tienen ganas de hacerlo, nadie los obliga, se respeta el derecho a disfrutar del baile”.
Para Solari es precisamente en eso donde está el punto más fuerte de Avalancha: “todos aman lo que hacen y lo hacen por verdadero placer”, puntualizó.
Leticia Castro