Las desigualdades que atravesamos las mujeres son muchas, eso no es noticia. Pero cuanto más reflexionamos al respecto, más aparecen, y el campo de la economía no es la excepción.
Las mujeres pagamos un 25% más en productos que también son vendidos para hombres pero en diferente formato. A esto se le llama impuesto rosa (pink task). Veamos el ejemplo de las máquinas de afeitar: no solo no alcanza con que sean rosas o azules para marcar la diferencia, sino que además cambia todo el diseño del producto y del embalaje. Por estas diferencias, la de hombre oscila en torno a los $205 y la de mujer $230.
También son más caros los cortes de pelo, el servicio de lavandería, anticoncepción y aún no hemos logrado que los artículos para el periodo menstrual sean considerados de primera necesidad. A esto sumémosle que la brecha salarial nos pone a las mujeres en una desigualdad de 20% debajo de los hombres y ocupando trabajos cuya retribución es menor.
Pero dentro de la economía no sólo el precio de los productos es atravesado por esta línea. Los discursos de venta y economía mal llamada feminista, basados en cualidades “femeninas” que siguen reproduciendo estereotipos de lo que las mujeres deberíamos ser, resultan ser un peligro para aquellas quienes deciden confiar ciegamente en otras mujeres.
En este segmento de Quemar la casa decidimos prender fuego los telares o mandalas de mujeres, también llamados círculos de la abundancia. Para hablar sobre esto nos acompañó nuestra compañera Sofía Umbre, periodista y parte del equipo que realizó la nota Círculos viciosos
Estos telares tienen como objetivo principal a las mujeres y son redes que buscan la “abundancia” a través de movimientos de dinero entre ellas. Para invitar a otra mujer a formar parte, la seducen con conceptos como confianza, amor, cooperación, solidaridad, coraje y compromiso. Incluso en su discursos plantean cambios estructurales a nivel social y una revolución de la economía.
El monto en efectivo para poder ingresar es la módica suma de 1.400 dólares. Claro, con la esperanza de terminar el espiral con 11.200. Cabe aclarar que es posible llegar al final con el total; a costa de haber involucrado a dos personas más que pueden no completarlo y perder.
Cada una de las etapas del telar, que tiene una estructura de círculos concéntricos, es nombrada como uno de los cuatro elementos naturales primarios (fuego, tierra, aire y agua), en el audio que escuchamos al aire se oyen pajaritos de fondo y al dinero se lo llama “el regalo”. Para convencer a las mujeres de participar hablan de empoderamiento femenino, aprender a soltar y se refieren a las posibles candidatas como “poderosa y hermosa mujer” o “tejedoras de sueños”.
Una vez dentro, se debe respetar la confidencialidad y la discreción, y si una mujer quiere irse es posible que sea presionada para no dejar el círculo. Esta actividad que mezcla de una manera burda el espíritu y los dólares, con sonidos de pájaros e imágenes de mariposas, es una verdadera lotería económica y estafa anímica y vale la pena escuchar cómo la prendemos fuego.
Texto: Envalentonadas
Imagen: Ilustración de Alba Casanova