Es difícil sintetizar en unas líneas el perfil de Marcelo Rilla. Bandoneonista, investigador, docente, músico, creador pueden ser algunos adjetivos que se usen para definirlo, pero siempre pecaríamos de escuetos. Conocerle es una tarea fascinante. Marcelo se va mostrando en cada palabra que elige, en cada respuesta que crea.
La voz es el primer instrumento musical; “la voz de mi madre, la voz de mi padre son los primeros acercamientos a la música que me marcaron. La voz y su ambigüedades”, dice Marcelo antes de contarnos cómo llegó al bandoneón. Y repite “la voz es para mí el instrumento y el bandoneón es eso, es una voz. Es un cuerpo donde las funcionalidades de las partes no están muy claras para producir sonido. Tiene algo muy orgánico”; y habla de la memoria que tiene el instrumento y su capacidad para decodificar, para leerla cuando se da el encuentro con él. Marcelo conversa con el instrumento, lo escucha, lo siente, lo saca a bailar; el verbo ejecutar no cabe en este diálogo entre el bandoneón y Marcelo.
Una idea simple, componer música con bandoneones que tienen cierto grado de inactividad, donde lo que interesa es lo que solo puede tocar ese bandoneón, en un proyecto complejo y ambicioso. “El proyecto busca explorar estos instrumentos y los entornos afectivos que lo rodean”. Marcelo cuanta, también, cómo y con quiénes están llevando adelante este proyecto que tiene el apoyo de los Fondos Cuncursables del MEC y cuáles son los productos, si se nos permite este término, que van a crear en esta iniciativa.
En la entrevista escuchamos algunos materiales que ya comenzaron a surgir del proyecto y, además, Marcelo nos contó algunas anécdotas de los encuentros con estos bandoneones dormidos. Te invitamos a escuchar la entrevista completa y a buscar en las plataformas a Marcelo Rilla para dejarte llevar por la voz de los bandoneones.
Texto: Pao Melgar