Para la mayoría de nosotrxs, salvo para quienes tienen mayor entendimiento en la materia, economía es mercado, empleo, cotizaciones y alguna cosa más. Pero, lo que muchxs no advertimos, es que existen alternativas con las cuales alimentar nuestro concepto de economía. Una de ellas por ejemplo, es la economía feminista, que tiene como objetivo la transformación social.
Los movimientos feministas han pensando muchísimo sobre esto. Y claramente no podemos decir que tienen una única definición o mirada. En esta entrega de La sartén por el mango, compartimos la mirada de la economista Mariana García.
Mariana nos contó que es posible pensar una economía en la que el centro no sea el capital, sino la vida. Dónde los reclamos sean, por ejemplo, la reducción de la jornada laboral, porque lo que buscamos son más horas de vida.
Por supuesto que esta perspectiva no es ingenua, sabemos que necesitamos empleo porque necesitamos dinero para sobrevivir, por ahora, en esta lógica hostil. Es entonces en esta línea que los reclamos deben tender a ser otros, sí pensar que deben ser para todxs porque somos iguales, pero contemplar también que en cierta manera somos diferentes y entender que no todxs queremos lo mismo.
Además en esta mirada, con la vida en el centro, sale a la luz una realidad que ya es imposible de cubrir, y es todo el trabajo no remunerado que realizamos, trabajo relacionado con el cuidado, trabajo que sostiene la vida y por ende todo el resto de las tareas que aparentemente sí son “productivas” para el sistema.
Este trabajo además, está feminizado, es decir que en su mayoría lo realizamos las mujeres y no obtenemos ningún beneficio por eso. Y es, por este lugar que a las mujeres “nos toca”, que cuando nos insertamos en el mercado laboral lo hacemos en las tareas peores pagas, porque son generalmente tareas relacionadas a cuidados (educacion, salud, etc), poco valoradas, porque no resultan importantes al agro ni a la construcción, a pesar de que sostengan la vida organizada como la conocemos.
Es por todo eso, que además de cuestionarnos las lógicas, debemos preguntarnos en varios sentidos si una solución es más mujeres ocupando puestos de poder. ¿A costa de qué? ¿No será esto, en alguna medida, seguir reproduciendo lógicas capitalistas patriarcales?
Entonces, nos invitamos a nosotras y a todxs ustedes, a pensar en alternativas posibles, que hagan una ruptura de lo establecido en el sentido de la organización de nuestras vidas, de sacar el lucro del fin, y poner en ese lugar las necesidades que tenemos como humanxs y como sociedad, a contemplar todas las esferas de la vida, la distribución de roles y tareas, la toma de decisiones.
Así, en palabras de Mariana, “nuestro horizonte político puede ser el recolocar la vida en el centro, desarmar la estructura capitalista actual que se sustenta en el expolio de la vida y del planeta. Empezar a generar alternativas, a presionar y tensionar el capital reclamando la vida”. Y así, sin nunca perder este objetivo, ir cambiando de a poco, asumiendo los desafíos y las barreras que nos esperan, nuestras realidades.
Texto: Envalentonadas
Imagen: Póster de See Red Women’s Workshop