Disidencias: entre la identidad y la antiproducción

Marzo nos tiene Revolviendo la polenta otra vez, con nuevo horario, perfecto para quienes gustan de almorzar tarde o cenar temprano…o comer desorganizadamente. Así también nos desorganizamos para ofrecer polenta directo de la olla. Disidencias es el tema que nos mueve a revolver: ¿se puede ser disidente como identidad (de género, sexo afectiva, política)? Nos decimos disidentes, tal vez, en tanto fugadas de alguna norma, improductivas, no-reproductivas. Y al mismo tiempo (múltiples, siempre múltiples) la disidencia como paquete nos deserotiza. Cada singularidad desea de un modo propio. Jugamos a hacer máquina entre nosotras y con otras voces, letras y músicas. En la noche Clarice Lispector trae la belleza misteriosa y andrógina. Gloria Anzaldúa reniega, chicana y lesbiana, de una herencia que bien conocemos. Paul Preciado escribe en su apartamento en Urano, que la debilidad (¡qué devenir minoritario!) contiene potencia y Susy Shock se nombra artista, antes que nada.

Estuvimos conversando con:
Autorx anónimx, Más allá de la amnistía, Canelones: ácidas ediciones, 2018.

Autoras varias, Bisexualidades feministas. Contra-relatos desde una disidencia situada, Buenos Aires: Madreselva, 2019

Gloria Anzaldúa, Borderlands. La frontera, Madrid: Capitán Zwing, 2016.

Paul Preciado, Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce, Barcelona: Anagrama, 2019.

Susy Shock, Crianzas. Historias para crecer en toda diversidad, Buenos Aires: Muchas nueces, 2016.

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