Proderechos realizó primer examen de sustancias en fiesta electrónica
El control de sustancias en los espacios de recreación es una tendencia a nivel mundial, el 5 de julio se realizó por primera vez en Uruguay. Organizado por los productores de la fiesta “La Terraza” en colaboración con el Colectivo Proderechos, el Polo tecnológico de Pando y la organización española Energy Control, se hizo una experiencia piloto donde se testearon 135 muestras de sustancias de los usuarios.
Hernán Delgado, miembro de Proderechos, contó que la iniciativa surgió gracias a la invitación de los productores de La Terraza que se comunicaron con la Intendencia de Montevideo. A partir de ahí Proderechos se puso en contacto con Energy Control, que tiene más de 20 años haciendo intervenciones de este tipo, “fueron los encargados de capacitarnos y asesorarnos para el control”, explicó Delgado.
Las estrategias de reducción de daños se han aplicado en países como Colombia, México, España, Suiza y Holanda en los últimos diez años. En Uruguay la Junta Nacional de Drogas avanza en una línea de control de daños; Delgado cree que hay un fuerte trabajo en la prevención del consumo y en la rehabilitación pero “queda una brecha muy grande con aquellos que consumen drogas ocasionalmente, esas personas también necesitan información para que puedan reducir los daños asociados a su consumo”.
En La Terraza se realizaron 135 testeos, donde “un equipo de veinte personas chequearon pastillas, ketamina, LSD y cocaína”, según detalla el comunicado de Proderechos. La organización encontró “cinco casos de alerta de adulteraciones: Tres de ellas fueron pastillas que contenían MDMA combinada con cafeína, MCPP y sustancias desconocidas. El MCPP es un componente que puede afectar gravemente el sistema digestivo. Un LSD testeado contenía NBOM, una sustancia de riesgo para el consumo. También detectamos cocaína con Levamisol, una peligrosa sustancia que se usa actualmente para cortar la cocaína”, explica el comunicado.
Hubo dos espacios en el stand, “un lugar para el achique donde teníamos dispensadores de agua para hidratarse y sillones para que la gente que tuviera un mal viaje pudiera bajar las revoluciones y la sobreestimulación y en otro salón teníamos un laboratorio con profesionales del Polo Tecnológico de Pando, donde recibimos a los usuarios, rotulamos e ingresamos la sustancia, tomábamos una pequeña muestra y hacíamos dos test”, contó Delgado.
El primer examen que se hacía era “colométrico”, se arrojaba una pequeña gota a la droga y dependiendo el color que resultaba los componentes que probablemente tuviera. Un segundo test, más complejo, indicaba los componentes de la sustancia y la presencia de adulterantes tóxicos.
Para el colectivo Proderechos “proporcionar información sobre posibles adulterantes que multiplican los riesgos es una medida que promueve la salud y es una alternativa de abordaje efectiva frente a la evidentemente fallida prohibición (de sustancias)”.
Según Delgado, “la respuesta de la gente fue muy buena, los usuarios nos recibieron de muy buena manera”, durante la fiesta generaron alertas a través de fotos que eran proyectadas en las pantallas, se mostraba la sustancia,cuales eran los compuestos tóxicos que tenían y si recomendábamos no consumirlas por el riesgo que podrían tener”.
Desde el colectivo Proderechos se busca una “legislación que ampare este tipo de intervenciones y se regule los espacios de esparcimiento, para que haya un buen flujo de información”, detalló Delgado y agregó que “en el contexto de fiesta está naturalizado el uso de sustancias, deberíamos partir de esa base: aceptar que el consumo de sustancias existe y que ignorarlo pone en riesgo la salud de las personas”.
Texto: Leticia Castro.
