Artistas de Argentina, España, Francia, Perú y Uruguay participan de la segunda edición del Festival Internacional de Circo en Montevideo desde el 16 al 25 de setiembre.
“El festival es una excelente oportunidad para que las compañías de otros países pasen por Uruguay y conozcan lo que hay para ofrecer acá, así como para que los uruguayos conozcan lo que hay en otros lados”, dijo Luis Musetti, miembro de la compañía El Picadero que organiza el evento.
El objetivo principal de este Festival es “hacer aparecer a Montevideo en el mapa para darle más proyección y profesionalismo a las propuestas nacionales”, señaló el artista.
Hasta el momento se colmaron todas las expectativas de los coordinadores: “desde que se abrió esta edición las salas, carpas y plazas han estado repletas de un público que tiene una muy buena onda y la transmite a los artistas”, destacó Musetti.
Según el artista “en Uruguay no hay muchos lugares donde estudiar las disciplinas del circo y los que quieren profesionalizarse terminan yendo a Buenos Aires, Río de Janeiro o Francia” por eso se busca mostrar en el Festival “la esencia de lo que se vive en otros países”, puntualizó.
Dentro del festival se contempla toda la gama de performances circenses “desde espectáculos marcadamente tradicionales centrados en números concretos de destreza en un código cercano a la carpa o a la calle con una fuerte interacción con el público hasta espectáculos nuevos que se relacionan más con lo conceptual, partituras de danza o música en vivo, una arista más contemporánea el circo”, explicó Musetti.
Los espectáculos que se desarrollan en la carpa de El Picadero (Capurro) son “a la gorra”, es decir que cada miembro del público contribuye con lo que quiera. Para Musetti esto tiene un componente “democratizador” ya que “no hay impedimento monetario” para disfrutar de la exhibición, “es un desafío que nos gusta asumir como organización”, señaló el artista.
Uruguay con respecto a la región está en un lugar “incipiente pero con un crecimiento sostenido”, según Musetti. Las propuestas callejeras han aumentado la dinámica en los últimos años y sobre todo creció la cantidad de artistas que apuntan a un formato más escénico relacionado con otros circos y otras modalidades.
El Picadero es una asociación civil formada por un grupo de artistas, gestores y docentes de circo que funciona hace más de 10 años en el barrio capitalino de Capurro, ocupando unos viejos galpones cedidos para desarrollar diferentes disciplinas relacionadas al circo como las telas, trapecios y acrobacia.
La programación y más información se puede ver en la página web del Festival Internacional de Circo.
Leticia Castro
