…sobre juegos de eliminación

Pese a que muchas de ellas caen en la tentación de dejar algún tipo de enseñanza moral y ética, las películas que tratan sobre un grupo de personas que tienen que conseguir un determinado objetivo eliminando a otros aspirantes siempre me entretuvieron desde los primeros minutos.

Pese a que muchas de ellas caen en la tentación de dejar algún tipo de enseñanza moral y ética, las películas que tratan sobre un grupo de personas que tienen que conseguir un determinado objetivo eliminando a otros aspirantes siempre me entretuvieron desde los primeros minutos.

Lamentablemente, a veces los personajes representan estereotipos muy sobre actuados y (casi) nunca falta el arrogante que busca su propio beneficio personal a costa de los demás, que termina recibiendo una lección de vida. Ojo, no todas son así. Y si lo fueran, resultan tan entretenidas que se puede perdonar.

El método (Dirección: Marcelo Piñeyro. Argentina-España, 2005)

Basada en una obra de teatro (El método Grönholm, de Jordi Galceran), esta película de producción argentino-española se centra en ocho aspirantes a un solo puesto de trabajo de alto rango en una empresa que parece ser importante en términos de facturación y ventas.

La película tiene algunos puntos flojos, pero es interesante por los juegos que plantea (por ejemplo, en el inicio se les advierte a los participantes que entre ellos hay un infiltrado de la empresa que debe ser eliminado por medio de una votación a mayoría simple).

Así, mediante diversos juegos e instrucciones, se irán eliminado uno a uno, hasta llegar al ganador y, por ende, a la nueva contratación de esta empresa que pareciera lograr, con el juego que propone, descubrir los límites éticos y morales de cada uno de los candidatos.

Exam (Dirección: Stuart Hazeldine. Gran Bretaña, 2009)

La estructura del juego es parecida a la de El método: ocho candidatos por un solo puesto de trabajo. Sin embargo, esta vez hay una hoja y un examen de ochenta minutos. Tres reglas: no romper ni estropear el papel, no retirarse de la sala y no dirigirse hacia el guardia de seguridad que está junto a la puerta de salida.

La película comienza muy bien: cuando dan vuelta la hoja de examen para arrancar la prueba no hay nada, está todo en blanco, no hay ninguna instrucción y no queda para nada claro qué se puede hacer y qué no. Descubrir el límite de lo permitido puede implicar romper una regla y quedar automáticamente fuera de la competencia, pero quedarse estático mientras el reloj comienza su cuenta regresiva tampoco es la estrategia óptima: ¿qué se hace?

Círculo (Dirección: Aaron Hann y Mario Miscione. Estados Unidos, 2015)

Las dos películas anteriores tenían a ocho protagonistas. En The Circle son cincuenta los que aparecen, sin saber cómo, ubicados en torno a un círculo rojo en medio de la oscuridad. Los personajes entienden rápidamente que están privados de su libertad y que cada un minuto van a ir muriendo uno por uno (a causa de un “disparo”) hasta quedar un solo sobreviviente.

Los jugadores descubren rápidamente que la muerte no la determina el azar, sino que pueden ir eligiendo a cada víctima por medio de una votación. Cada jugador deberá tener una estrategia, desde una respuesta rápida para convencer a los demás de por qué no tienen que votar por él o ella, hasta la rapidez para saber a quién ir eligiendo a medida que el juego avanza y cada vez son menos.

Paralelamente, entre cada ronda, los jugadores discuten: ¿quién está atrás de todo esto?, ¿cuál es el objetivo?, ¿por qué los eligieron a ellos?

Enzo R. Domínguez Prost

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