Segundo encuentro de mujeres, lesbianas y trans del Uruguay, con Lucía Novellino y Valentina Lasalvia

Durante el famoso Mayo del 68 francés, concretamente el 20 de mayo, Le Nouvel Observateur publicaba un diálogo entre Jean Paul Sartre y Daniel Cohn-Bendit al que titularon “La expansión del campo de lo posible”.

En él, Sartre mencionaba cómo el país se había paralizado sin ninguna orden de huelga, tan solo con la apropiación por parte de los estudiantes de las calles del Barrio Latino. Cohn-Bendit comentaba cómo dichas movilizaciones, que pretendían terminar con el régimen, habían alcanzado una magnitud que no podían prever en un primer momento pero que, pese a tal magnitud, si no se apropiaban de la lucha el resto de entes y organizaciones del movimiento obrero, no conseguirían el objetivo.

Debatían también acerca de la espontaneidad del movimiento, lo cual nos recuerda a los chalecos amarillos, que con la misma espontaneidad hoy en día siguen pidiendo una Francia más justa y equitativa. Sobre ello, Daniel Cohn-Bendit decia: “La fuerza de nuestro movimiento reside precisamente en que se apoya en una espontaneidad ‘incontrolable’, que da el impulso sin pretender canalizar o sacar provecho de la acción que ha desencadenado”.

Quizá podamos extrapolar algo de ello al movimiento de mujeres que está en plena acción. Movimiento viene de mover, es decir, hacer que un cuerpo deje el lugar o espacio que ocupa y pase a ocupar otro.

El movimiento cuya única pretensión es dejar de ocupar el lugar de oprimidas, violentadas, violadas, abusadas, humilladas, discriminadas, maltratadas, piropeadas, exclavizadas.

También nosotras y nosotres estamos seguras de que si les otres se apropiaran y tomaran conciencia del movimiento, en “15 días se caía el sistema”, como diría Sartre. En este caso, el sistema patriarcal.

Hay algo que está cambiando y que esperemos tenga consecuencias que con el tiempo podamos magnificar, y es el uso de la expresión, sacarnos la mordaza para poder narrar los abusos que tantas veces fueron silenciados, y contar con redes de contención sorora.

Sigamos, pues, poniendo sobre la mesa a los Darthes que hagan falta para derribar, a gritos o a patadas, este sistema patriarcal y machista que nos envuelve en cada área de nuestra vida.

Texto: ¿Por qué no te callas?

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