Pindó es un proyecto educativo de construcción colectiva creado y gestionado por las familias de los niños y niñas que a allí asisten. Juan Russi y Gabriela Piña visitaron Colectivos para contarnos sobre este centro.
El Centro Educativo Pindó es, antes que nada, una escuela, un espacio orientado a la formación y adquisición de capacidades, pero con una peculiar forma de organización de la comunidad educativa que da vida a la institución.
El proyecto comenzó a tomar forma en 2012 cuando un conjunto de familias, residentes de la costa de Canelones, detectaron la necesidad de encontrar una solución para la formación de sus hijos, que para ese entonces entraban en edad preescolar. La decisión de crear este centro educativo “fue una apropiación de la realidad de cada uno […], una apropiación de lo que vivimos y lo que queremos vivir con nuestras familias”, expresan.
Para orientar las prácticas de los procesos formativos eligieron la pedagogía Waldorf, corriente pedagógica que prioriza el respeto por las etapas del desarrollo infantil, enfatizando las actividades prácticas y creativas en los primeros años de escolarización, y la expresión artística y el desarrollo de habilidades sociales en el nivel de primaria. Cuentan que en Pindó, “se da mucho espacio al arte y al juego, y a respetar los ciclos de los niños, a lo que necesitan a cada edad, a un ritmo lento, tranquilo”.
En términos formales, la escuela no difiere de otros colegios privados. Es una asociación sin fines de lucro, registrada en el Ministerio de Educación y Cultura. Hoy cuenta con unos 50 estudiantes, que cursan desde inicial (tres a cinco años), hasta quinto año de primaria, residentes en Marindia, donde funciona la escuela, y zonas aledañas.
El colectivo toma sus decisiones por consenso, modalidad que, según explican, es viable gracias a la existencia de un objetivo común y a que cada nueva resolución se asienta sobre un consenso previo. La operativa funciona porque hay un acuerdo de fondo de cuáles son los sentidos compartidos por el grupo y qué es lo que cada familia y cada niño necesita de ese espacio.
En los últimos años, la escuela creció con la incorporación de nuevas familias que se vieron atraídas por su propuesta pedagógica y organizativa. Esto generó nuevos aprendizajes colectivos en cuanto a la gestión del centro. Los entrevistados destacan que la escuela es un espacio de aprendizaje no solo para los niños y las niñas, también para las familias.
Te invitamos a escuchar la nota para conocer más de este proyecto educativo.
Texto: Colectivos
Imagen: Centro educativo Pindó
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