El colectivo La Tijera tiene como objetivo generar un espacio de exploración escénica donde abordar temas de relevancia social. Desde una perspectiva estética; y a través de la conjugación de elementos del teatro, la danza y la poesía; crean nuevos universos que dialogan con la realidad. Dos de sus integrantes, Estíbaliz Solís y Karen Halty visitaron Radio Pedal para contarnos acerca de su actividad.
En su inicio, hace 10 años, la idea reunía a diversos artistas de Costa Rica con el fin de hacer teatro de investigación de manera interdisciplinaria. A partir del aterrizaje de su directora en Uruguay, en 2013, La Tijera se conforma con nuevos integrantes, genera una nueva identidad de trabajo y se vuelca a la producción completa de obras para niños, entre ellas La Pequeña y la Perdadera; Vicente; Cómo encontrar un portal mágico y El árbol de naranjas.
“Empezamos a explotar el teatro para niños, a pensar en el niño espectador y cómo podíamos dialogar con ese niño, con esa ficción de público que nos proponemos para pensar el espectáculo. Trabajamos a partir de esas premisas que venían de una investigación anterior pero completamente reinventadas, gracias a la diversidad de la gente que compone al público en Uruguay”, comenta Estíbaliz al respecto del proceso colectivo.
Sobre la forma en que desarrollan y despliegan sus trabajos, Estíbaliz explica: “partimos de algunas premisas de investigación y a partir de eso construimos el texto. Hasta ahora he venido escribiendo yo pero a partir de colaboraciones, del trabajo de investigación de todos, volvemos a ‘sacar de la bolsa’ y redistribuimos todos esos materiales expresivos para que cada uno realice diferentes funciones de acuerdo a lo que siente más afín”.
Sobre la investigación en teatro, cuentan que hay diversas formas de llevarla adelante, depende de lo que desee comunicarse. Implica una discusión poética sobre el tema a tratar, sobre lo que se quiere pensar y discutir. A partir de allí se define la premisa y se estructura la investigación, que puede plasmarse en improvisaciones, ejercicios, materiales teóricos o maquetas, entre otros métodos.
Karen destaca la importancia de la comunicación con el espectador para aportar a la investigación: “lo que a nosotros nos interesa es esa comunicación con el espectador, cualquiera sea su edad. Ahora por ejemplo con la obra que estamos armando, se va a hacer un living y empezamos a incluir público en los ensayos porque es tan vital para nosotros hablarle a alguien, porque de eso se trata, el otro nos modifica totalmente”.
Existe poca oferta de teatro para niños con una perspectiva que supere el entretenimiento. Karen comenta “en la oferta lo más común, o lo que más se ve, es que a los niños les llegue un producto re masticado. Nosotros apuntamos a generar lo contrario, que el mastique lo tengan que hacer ellos, queremos mostrarles lo más que podamos pero después y a partir de ahí, el final del trabajo está en el otro”. Estíbaliz agrega: “intentamos que los estímulos no vengan solo de nosotros sino también de ellos mismos, de su pensamiento, de su construcción sobre lo que están viendo”.
Actualmente el grupo está diseñando, montando y ensayando su primera obra para adultos, denominada Y los lugares comunes que se estrena el 5 de octubre. Allí se parte del concepto de “lugar común” –un espacio del lenguaje vaciado de sentido que ha perdido su potencia– y la importancia de generar transformaciones, nuevos significados, nuevos espacios comunes donde encontrarse; como el teatro.
La Tijera plantea una forma diferente de pensar lo artístico, construyendo universos escénicos en constante intercambio con otros mundos, con la otredad de los espectadores, generando procesos previos y posteriores de investigación que nutren su acción de manera constante. Experimentar un lugar común con su trabajo, parece ser una buena idea.
Texto: Colectivos
Imagen: La Tijera
Entérate más del colectivo escuchando la entrevista completa aquí:
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