En el segundo programa de diciembre, aglutinadas y pegajosas, le golpeamos la puerta a las vecinas, para pedirles condimentos. “Hola, Mabel!”, gritamos de balcón a balcón. Y una Mabel llegó. Las Mabeles son 8. Chochi vino a meter cuchara, echar pimienta, y chusmear.
Y si les picaron las orejas, es porque estábamos hablando de ustedes. Pero sobre todo de nosotras.
Comenzamos intentando contarnos quiénes somos y qué hacemos. No habían pasado 5 minutos y los intentos de definición se agotaron. Vinieron las dudas, los no lugares, los no saberes… la olla empezaba a calentarse. Las Polentas y las Mabeles charlábamos y revolvíamos, salábamos y probábamos. Algunas nos quemamos la lengua, gajes del oficio.
Pero esta charla de entrecasa, es de entre-radio. Nuestras voces tienen la oportunidad de ser escuchadas. ¿Cuál es su alcance? ¿Qué elegimos hacer con él? Elegimos hablar de sexo, de intimidad, de amor, como oportunidad para cuestionarnos, para revisarnos, para reafirmarnos también.
Con las manos alrededor de la boca para amplificar el grito, nos hacemos eco de las voces colectivas de mujeres, jóvenes y vecinas y vecinos en Argentina y en Uruguay.
Para hacer frente a todo aquello que hace que hayamos callado o debamos callar: denunciar las situaciones de violencia sexual, hacer valer nuestra voz y nuestro trabajo, cuidarnos cuidando el territorio que somos del arrase del extractivismo, y rechazando radicalmente la militarización y el punitivismo que nos quieren vender como seguridad.
¡Les invitamos a sumarse!
Comisión de Mujeres ADES Montevideo
Colectivo de vecinos movilizando en contra de la construcción del Ferrocarril Central
Texto y Foto: Revolviendo la polenta
