Las películas de este viernes parecerían ser muy diferentes entre sí, pero definitivamente tienen un nexo que las une: los personajes de estas películas son, en todos los casos, incomodados por la presencia de personas ajenas a sus círculos sociales, económicos y culturales. Por distintos motivos, cada uno de los protagonistas tendrá que lidiar con la incomodidad y el terror. Recomendame una peli y tres películas que representan el terror a la presencia del otro.
Caché (Dirección: Michael Haneke. Francia, 2005)
George (Daniel Auteuil) es el padre de una familia francesa burguesa que un día comienza a recibir en su domicilio videos con grabaciones caseras y poco producidas sobre sus vidas cotidianas. En las cintas se los ve saliendo de la casa, comiendo, leyendo y no mucho más. También llegan dibujos raros de difícil interpretación, pero no hay ningún tipo de carta que relate el fin de todo ese operativo. Se podría pensar que si no hay amenaza de muerte ni señales de futura violencia física no tendría que haber preocupación. No obstante, saber que alguien (¿un extraño, un viejo conocido, una persona que busca venganza?) está registrando todos los movimientos del día a día de una familia definitivamente genera terror e incomodidad, sobre todo si hay algún episodio oscuro en el pasado de uno.
La zona (Dirección: Rodrigo Plá. México, 2007)
En México, un sector acomodado de la sociedad prefirió vivir en un barrio cerrado (al que incluso no puede ingresar la policía) con tal de no visualizar la existencia de “otros” que no son de la misma clase social. Todo esto cambia una noche en que uno de los muros que separa a “La zona” del resto de la ciudad se cae por una tormenta y tres adolescentes de un barrio periférico ingresan a robar a una casa. Las cámaras detectan los movimientos y las alarmas delatan la intromisión de personas ajenas, por lo que el robo es frustrado y dos de los tres jóvenes son asesinados por uno de los residentes. El tercero logra escapar, pero no del barrio privado, que ya tiene todas sus puertas cerradas y es imposible trepar los muros.
Los vecinos debaten qué hacer, si seguir el camino moral y legalmente correcto (aquel del que, según ellos, carecen las instituciones del país que los “obligó” a recluirse en un barrio cerrado), o si lo mejor es perseguir al que logró esconderse, sin dar aviso a las autoridades y mostrando que el verdadero peligro de la sociedad es el odio que sienten por esos otros, independientemente del miedo que puedan sentir.
El hombre de al lado (Dirección: Mariano Cohn y Gastón Duprat. Argentina, 2009)
Tal vez una de las mejores cinco películas del cine argentino. La idea es extremadamente simple: un vecino, Leonardo (Rafael Spregelburd), es un arquitecto que habita la Casa Curuchet, la única construida en América Latina bajo el diseño del suizo Le Corbusier.
Al lado vive Víctor (Daniel Áraoz), que de la fineza y clase que le gusta a las personas como Leonardo no tiene nada, y que quiere tener más iluminación en su casa. El problema es que la ventana de Víctor arruina el diseño de la casa de Leonardo, así de simple.
Con los de su élite Leonardo es soberbio, agrandado y disfruta de mostrar sus conocimientos de música y arte. El (gran) problema que tiene es que la ventana del vecino no solo rompe la estética de su hogar sino también su barrera social, aquella que le permite no estar con los Victors.
Enzo Domínguez Prost
